En el año 2012 se le dio por muerto y el enorme edificio de la carretera de Santander, que había albergado desde 1985 camas de agudos y quirófanos y que había servido en múltiples ocasiones para parchear las carencias del antiguo Hospital General Yagüe, se quedó para acoger aquellos servicios sanitarios que no se sabía dónde ubicar o no tenían una sede propia y la Junta no se mostraba reacia a escuchar propuestas de venta a particulares. Casi una década después, el Divino Valles sigue ahí y en plena pandemia del coronavirus el Gobierno regional se ha gastado una importante cantidad de dinero en adecentar su estructura y parte de sus plantas para poder acoger pacientes de covid-19 menos graves aunque no del todo recuperados y necesitados de hospitalización.
En este contexto, y teniendo en cuenta que el convenio de Sacyl con San Juan de Dios (para la realización de algunas operaciones de cirugía menor y la atención de pacientes de media estancia y paliativos) está en el aire aunque, de momento, prorrogado, la Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos, que siempre ha apostado por utilizar la totalidad de las instalaciones de ese hospital, ha vuelto a la carga con una iniciativa para que, una vez superada la actual crisis sanitaria, se convierta el Divino Valles a tiempo completo en un hospital de cuidados medios y paliativos.
Se denominan cuidados medios los que precisa una persona que ha permanecido un tiempo determinado en un hospital de agudos por una patología concreta, que aún le quedan unos cuantos días para reestablecerse del todo pero que ya no necesita de una infraestructura médica muy sofisticada sino de atención, sobre todo, de Enfermería. Este perfil de personas en la fase final de la curación podría corresponderse con ancianos pluripatológicos necesitados de terminar, por ejemplo, con un tratamiento antibiótico o de rehabilitación. Los cuidados paliativos, por su parte, son aquellos que se ofrecen para dar una buena calidad de vida y aliviar el sufrimiento de los pacientes con una enfermedad grave que compromete su vida y de sus familias. La propuesta de esta plataforma, según indicó a este periódico el gerente de Sacyl, Manuel Mitadiel, se analizará cuando se la hagan llegar: "Aunque confluye con la utilización que estamos haciendo de San Juan de Dios estudiaremos esta propuesta cuando nos la envíen analizando el volumen de las necesidades y cómo encaja en la estructura de la prestación del servicio".
No es la primera vez que se plantea un proyecto así. En 2013, un grupo de médicos encabezados por Javier Arias y que contaban con el soporte económico de la Cofradía de la Concepción hicieron esta misma apuesta pero la Junta enseguida la paralizó alegando que ya contaba con San Juan de Dios y con Recoletas, en aquel momento, para este tipo de atención, además de que existía un convenio entre las consejerías de Sanidad y Familia por el que ancianos necesitados de este tipo de atención podían tenerla en varias residencias públicas de mayores. Algunos años después un grupo de inversores madrileños enviaron a una persona a conocer el edificio por ver si se ajustaba a su idea de abrir un centro sociosanitario pero la idea de venderlo a la iniciativa privada tampoco llegó a buen puerto.
Lo que plantea ahora la Plataforma pasa, según explicó su portavoz, Juan Antonio Ayllón, por que se habiliten en este hospital -que perteneció a la Diputación hasta 2005- las camas necesarias para albergar a pacientes de cuidados medios y paliativos y, además, una unidad quirúrgica de apoyo al HUBU y un área reservada para emergencias sanitarias: "El Divino Valles es una gran infraestructura todavía en plena utilidad y muy infrautilizada que nos cuesta al año más de 750.000 euros, de los cuales una de buena parte se van en mantenimiento, conservación e impuestos, concepto este último en el que se van 100.000 euros anuales", indicó.
Otro de sus argumentos para darle este uso es el patrón epidemiológico de la provincia de Burgos "dominado por las enfermedades crónicas degenerativas y del envejecimiento que centrándonos en las necesidades de hospitalización requieren una atención impropia de un hospital de agudos". En este sentido, criticó el ninguneo que han tenido en los últimos años por parte de los políticos tanto los servicios destinados a pacientes terminales y crónicos como la Atención Primaria.
Se lamentan desde la Plataforma -colectivo en el que hay un buen número de profesionales sanitarios- de que en Burgos se hayan perdido las plazas públicas para pacientes de cuidados medios y paliativos "porque la Junta decidió estratégicamente no asumirlos con recursos propios y concertarlos con instituciones privadas como San Juan de Dios", a la vez que señalan que la pandemia del coronavirus ha indicado por dónde tienen que ir los esfuerzos de la política sanitaria: "Nuestros hospitales no están preparados para los crónicos pero tampoco para las epidemias y en este tiempo se ha oído el claro mandato social a quienes gestionan la sanidad de un sistema público suficiente, competente y eficiente que no siga desoyendo a los más necesitados y a los ancianos".
Cuando se cerró la hospitalización de forma definitiva, el Divino Valles se transformó en unas instalaciones multiuso que dan cabida a las consultas de Salud Mental y el hospital de día psiquiátrico, el animalario donde se guardan especies para investigación, un quirófano de cirugía experimental utilizado muy puntualmente, el centro de coordinación de emergencias, el Banco de Sangre y la sede de la Hermandad de Donantes de Sangre, además de que viven allí de forma provisional las religiosas Hospitalarias. Desde febrero del año pasado, y tras una grandísima polémica social, acoge también el punto de atención continuada (las urgencias) de Atención Primaria.
INVERSIÓN DE 800.000 EUROS. Para que sirviera de apoyo al HUBU acogiendo pacientes de covid menos graves pero aún no repuestos del todo como para ser dados de alta, desde marzo la Consejería de Sanidad ha hecho una inversión en el Divino Valles que ronda los 800.000 euros, lo que facilitaría su uso para cuidados medios y paliativos cuando acabe la pandemia. Así, en principio se habilitaron 145 camas y los gastos de adecuación supusieron más de 45.000 euros. A esta cantidad se le ha de sumar la que se gastó el pasado mes de diciembre, 724.000 euros, para arreglo de la fachada, la puesta a punto de dos plantas y el servicio de logística, limpieza y comida, que lo ha dado Eficanza.
LA NECESARIA UNIDAD DE GERIATRÍA. En el mes de noviembre del año 2008 el Hospital Divino Valles estrenó en su octava planta una flamante unidad de geriatría que formaba parte del servicio de Medicina Interna del Hospital General Yagüe. Con 19 plazas y una geriatra al frente, Nieves Pereira, contaba con dos médicos más que dieron atención hasta su precipitado cierre en 2012 -decidido por la anterior gerencia del HUBU- a ancianos pluripatológicos que ingresaban en el hospital por una enfermedad aguda. Durante su presentación se ponía un ejemplo del perfil del paciente que podría beneficiarse de este servicio: Una anciana de 87 años con bronquitis y cardiopatía, demencia y movilidad reducida que ingresaba por una neumonía. El abordaje de los pacientes era integral atendiendo no solo al aspecto físico sino también al psíquico y al social.
Si este perfil era prevalente en 2008 ahora lo es mucho más ya que la población burgalesa está más envejecida. La diferencia es que ya no cuentan con un servicio específico en Burgos capital, al menos de momento. Porque en la última reunión mantenida por la Comisión Covid Residencias, formada al principio de la pandemia para atender a los geriátricos, ha vuelto a ponerse sobre la mesa la necesidad de un recurso así. Este grupo de trabajo, formado por profesionales sociosanitarios de Atención Primaria y de Hospitalización a Domicilio, cuenta con la colaboración, en calidad de consultor, del internista Juan Francisco Lorenzo, ya jubilado, que fue el impulsor de esa unidad de Geriatría cuando era jefe del servicio de Medicina Interna, y que ha sido quien ha planteado la posibilidad de recuperarla y, así, reutilizar el Divino Valles,
«Entre todos hicimos una reflexión sobre lo que nos ha enseñado esta pandemia y creo que todos estuvimos de acuerdo en señalar lo olvidado que ha tenido este sistema a sus miembros más vulnerables, que han sido los más dañados por el coronavirus. Por lo tanto, no parece descabellado plantear la creación un recurso específico de geriatría ya que se cuenta con un hospital y con profesionales totalmente preparados», indicó Lorenzo, que avanzó que se elaborará un informe para Sacyl.
El geriatra Álvaro Da Silva, jefe de sección del Servicio Médico de las residencias de la Diputación y secretario de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Castilla y León, consultado por este periódico sobre la iniciativa, se ha mostrado muy a favor, ya que siempre ha sostenido que la atención específica de las personas mayores es muy efectiva tanto social como económicamente: «Sería mejor que la unidad estuviera integrada en el HUBU por una mayor accesibilidad a las pruebas complementarias pero empezar por implementarlo en el Divino Valles sería un gran paso».
A pesar de la edad media tan elevada que tiene la población, solo el hospital de Miranda, el Santiago Apóstol, cuenta con una geriatra que ejerza como tal dando una atención específica a las personas mayores. En el HUBU sigue Nieves Pereira pero trabaja en el servicio de Traumatología.