La autorización del Gobierno de una OPA parcial de Naturgy a un fondo australiano, el primer aniversario de la salida de España del Rey Emérito o la ampliación de El Prat son las últimas cuestiones que han vuelto a marcar diferencias entre Podemos y el PSOE, con lo que regresa la tensión al Ejecutivo de coalición. Una guerra fría entre socios marcada ahora, además, por el nuevo liderazgo morado, que ya no ejerce Pablo Iglesias, sino Ione Belarra quien, de momento, sea por su forma de ser o por otros motivos, quiere destacar el perfil republicano, feminista, ecologista e izquierdista de su partido en el seno del Gobierno, posiblemente de cara a la negociación de los Presupuestos del año próximo. En este sentido se engloba también la campaña morada para apuntarse como tanto propio las próximas normas sociales, como la Ley Trans o la de Libertad Sexual, conocida como ley del Solo sí es sí.
La escalada de tensión entre los socios del Ejecutivo arrancó el pasado martes con las críticas de la líder morada y ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030 a la salida de España del Rey Emérito: «La huida de Juan Carlos I supone, a todas luces, una grave anomalía democrática en España que produce un enorme descrédito de las instituciones». Criticaba, además, que en el Parlamento no se pueda iniciar una Comisión de investigación sobre las actividades «presuntamente ilícitas de la Corona», a lo que se oponen los socialistas cada vez que surge una iniciativa. Cuestionado por estas declaraciones, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó echar más leña al fuego y no quiso desautorizar a su socia.
Un día más tarde, Podemos censuraba el acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo central y la Generalitat para reformar El Prat, que supondrá un inversión estatal de 1.700 millones de euros. «Estamos ante una emergencia climática y la Ley de Cambio Climático debe afectar a todos los sectores. No podemos hacer políticas en contra de esas decisiones», señaló la formación morada.
No habían pasado ni 24 horas cuando otra decisión del Ejecutivo, la aprobación de la venta de un 22 por ciento de Naturgy a un fondo australiano, fue cuestionada por el partido de Belarra. «Perdemos soberanía. Nuestro objetivo como Estado debe ser garantizar derechos por encima de cualquier interés económico de una empresa extranjera», remarcó.
Tres posicionamientos que rompen la paz momentánea que llegó al Gobierno tras la salida de Pablo Iglesias tanto del Consejo de Ministros como de Podemos. Breve tregua antes del regreso de la tensión.