Medio siglo de fervorosa Pasión

I.P.
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Covarrubias ha vivido esta noche su singular Vía Crucis, estrenando la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional. Cientos de visitantes han recorrido la villa convertida en cuadros que escenifican los 14 pasos de la muerte de Cristo

Vía Crucis viviente de Covarrubias. - Foto: f2estudio

Covarrubias lleva 50 años viviendo con fervor el Vía Crucis viviente y está noche, tras dos años de ausencia, lo ha hecho con más pasión y sentimiento que nunca para hacer honor a esa reciente declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional. Las mismas ganas que tenían los 120 participantes en la Pasión Viviente, entre actores, técnicos, coordinadores y voluntarios, tenían los vecinos y visitantes por revivir esta singular escenificacion inerte, en la que son estos los que se van desplazando por las calles y plazas medievales de la villa para contemplar los pasos, auténticas esculturas.

El Vía Crucis comenzó caída la tarde y con la villa a oscuras, sólo iluminados los cuadros que representan los 14 pasos, 11 en las calles y plazas del casco histórico y 3 en la excolegiata de San Cosme y San Damian. La procesión, que abrían las cofradías rachelas portando cruces y varios pasos, entre ellos el Cristo tumbado y La Dolorosa, ha sido seguida por una gran multitud desde su comienzo en el arbolario de la Princesa Kristina con el magistral cuadro de la Última Cena, para seguir por el resto de rincones y contemplar escenas como La oración de Jesús en el huerto, La coronación de espinas, Judas ahorcado, Pilatos se lava las manos, las tres caída, Jesús clavado en la cruz... y así sucesivamente para llegar a uno de los momentos cumbres en la isla del Arlanza con la Crucifixión y el fuego impactante de las hogueras dando a esta escena su gran impacto visual y, sobre todo, sentimental.

En este Vía Crucis hay muchos personajes que se repiten en los distintos pasos, así hay varios vecinos que interpretan a Jesucristo, entre ellos Raúl Gallo, en la Última Cena, o Alex Ruiz en el último paso. 

Las tres últimas escenas se desarrollaron en la excolegiata donde una de ellas, el descendimiento de Jesucristo de la cruz, es la única que no es estática de todo el Vía Crucis. El presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, Joaquín Serna, hizo aquí la narración de la pasión y muerte de Jesucristo, dando pasos a las tres escenas, y en un ambiente de gran recogimiento sonó la popular saeta del Cristo de los gitanos, a cargo del coro de la villa, dirigido por Miguel Ortiz, para terminar con la Salve cantada por todos los que pudieron entrar al templo.

No sólo en el interior del templo se escuchó música, todo el recorrido por calles y plazas se hizo más especial y emotivo porque transcurre con los ritmos musicales de los Pasos de Semana Santa a cargo de los músicos de Huerta de Rey, salpicando por las canciones tradicionales de esta semana de Pasión que canta el coro rachel y acompañan todos los procesionantes. 

Fue en 1972 cuando nació el Vía Crucis de Covarrubias, de la mano del entonces parroco Javier Oña, está noche también procesionando junto al actual sacerdote de la villa, Juan Manuel Valderrama, y mostrando su orgullo de que se haya mantenido estos 50 años, lo que la convierte en una de las más veteranas de Castilla y León. También se mostró feliz Joaquín Serna, sobre todo por la participación en la misma de los jóvenes de la villa, lo que garantiza que hay ganas de mantener la esencia y singularidad de esta Pasión Viviente. 

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