El prestigio científico que acompaña al investigador Adolfo García Sastre (Burgos, 1964) casi desde sus comienzos se ha acrecentado de forma gigantesca desde que se inició la pandemia por covid. En su laboratorio de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí en Nueva York se ha realizado un seguimiento muy estrecho del SARS-Cov-2 desde su aparición, ahora se hace lo mismo con la variante ómicron y están en marcha una vacuna cuyos primeros indicios apuntan a que sería igual de eficiente que las ya existentes pero mucho más barata y fácil de producir y distribuir, y un antiviral con resultados que califica de «prometedores». Además de todo este trabajo, García Sastre, que dirige también el Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes, ha estado divulgando sin parar durante estos casi dos años desde la prudencia, la evidencia científica y una gran amabilidad y cercanía. Con una sonrisa tímida afirma que ahora le conoce mucha gente por la calle y hasta le piden fotos y aunque se reconoce vergonzoso afirma que es muy agradable que le feliciten y le agradezcan el trabajo que realiza.
¿Por qué se está diciendo -usted lo comentó en estas mismas páginas hace unos días- que con la variante ómicron estaría la pandemia dando sus últimos coletazos?
Esta es una variante con unas características peculiares que no hemos visto en las anteriores. La primera de ellas es que tiene muchos cambios en la región de unión al receptor de la proteína que utiliza para entrar en la célula. Posiblemente estos cambios incluso mejoran la capacidad de encontrar al receptor, unirse a él y entrar, es decir, los vuelve más infecciosos, pero los anticuerpos que se generan durante la vacunación o la infección previa se dirigen también contra esa zona porque impiden que la proteína se una al receptor, de tal modo que si hay cambios allí, disminuye el número de anticuerpos neutralizantes que tenemos contra ómicron con respecto a variantes anteriores, y si esto ocurre disminuye la eficacia tanto vacunal como la de poder evitar una infección después de haber tenido una primera. El hecho de que disminuya la eficacia -no sabemos aún cuánto- no quiere decir que se pierda sino que se reduce, sobre todo con respecto a la infección, porque contra la enfermedad severa la reducción es menor. ¿Y qué quiere decir que la eficacia baje con respecto a la infección sin enfermedad severa? Muchos de los vacunados están todavía protegidos, sobre todo los que tienen anticuerpos altos, (hay un rango en función de cada persona), pero los que los tienen medios y bajos pueden infectarse, es decir, son vacunados que se pueden infectar, que pasan la enfermedad de forma leve por estar inmunizados pero la pueden transmitir...
¿Por eso estamos asistiendo a esta explosión de casos?
Sí, es una de las razones. La otra es que ómicron, per se, es más transmisible. Si añades que ahora es capaz de infectar a parte de los vacunados y estos transmiten y que es más transmisible que antes entre los no vacunados, quiere decir que suben mucho las infecciones y que enfermedad vamos a ver aunque sea menos severa. Otra de las razones por la que es menos severa es simplemente porque infecta a más vacunados que otras variantes y los vacunados no desarrollan la enfermedad, por lo que baja la proporción de enfermedad grave. Por eso, la mayor parte de la enfermedad grave la vamos a ver en los no vacunados, que tienen más posibilidad de infectarse que antes porque no solo están a riesgo de infectarse de otro no vacunado sino también de quien tiene la inmunización y eso, si se dispara mucho, va a hacer otra vez que mucha gente vaya al hospital, que es lo que hay que evitar. Antes de que haya una gran cantidad de hospitalizaciones -que espero que no, espero que se pueda doblegar la curva antes- va a haber muchos casos primarios -ya los está habiendo- lo que significa que Atención Primaria se satura y que hay mucha baja laboral, entre el personal sanitario que está más a riesgo de infectarse y hace más difícil aún la atención, pero también entre camareros, empleados de hoteles, supermercados... y esto puede crear de facto un cierre de establecimientos o una menor capacidad de atender al público sin necesidad de imponer restricciones, simplemente porque hay mucha gente infectada. Este es el problema que ómicron puede causar.
(La entrevista completa de Adolfo García Sastre, en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)