La Asociación de Ayuda a Personas con Discapacidad Intelectual de Las Merindades, Asamimer, lleva más de un lustro luchando por convertir la agricultura en una fuente de empleo para quienes tienen muy pocas oportunidades en el mundo laboral. Ya en 2013, con el convencimiento de que era un yacimiento de empleo con futuro en Las Merindades comenzó a impartir cursos y antes ya había comenzado a buscar el modo de dar forma a un nuevo centro especial de empleo especializado en el cultivo ecológico. Tras una crisis económica, que frenó la financiación del proyecto, y superar todos los obstáculos, su centro especial de empleo de Horticultura Natural en Las Merindades está a punto de convertirse en realidad y dar trabajo durante sus dos primeros años de andadura a siete personas con discapacidad intelectual y en riesgo de exclusión social. A ellas se sumarán dos profesionales sin ninguna dificultad, un conductor y un encargado.
En octubre comenzaron los cursos específicos de formación de los aspirantes. Ya son 17 las personas con discapacidad que se han formado en dos tandas y otro grupo, esta vez de personas desempleadas que cobran la Renta Garantizada de Ciudadanía y llevan muchos años fuera del mercado laboral, comenzará el tercer curso de horticultura después de Semana Santa. Antes de dar el paso de comenzar a trabajar la fértil tierra cedida por la junta vecinal de Quintana Martín-Galíndez en el Valle de Tobalina, Asamimer ha apostado por realizar con cada aspirante un itinerario personalizado hacia el empleo, que consta de entre 180 a 200 horas destinadas, no solo a la formación, sino también al acompañamiento y a todo aquello que contribuya a mejorar su empleabilidad.
En total, 32 personas de Merindades y Miranda de Ebro han participado en estos itinerarios y aspiran a un puesto en el nuevo centro especial de empleo que se va a crear, aunque solo siete, de momento, podrán trabajar en esta iniciativa que persigue llegar a casi 200 clientes en su primer año y abastecerles cada semana con una cesta con entre 5 y 8 kilogramos de verduras frescas ecológicas.
40.000 metros. ELa enorme parcela de 40.000 metros cuadrados cedida a Asamimer en las cercanías del parque empresarial del Valle de Tobalina acaba de ser vallada. En las próximas semanas comenzará el montaje del invernadero y de inmediato el trabajo de cultivo para poder comercializar las primeras cestas este verano. Eso son los planes de la gerente de Asamimer, Nuria Ortiz, quien confía en que por fin 2019 sea el año en que sale adelante este acariciado proyecto.
El apoyo económico de los fondos europeos del programa Leader que gestiona el Ceder Merindades, junto con la financiación que ofrece Triodos Bank, banca ética y responsable, al proyecto han hecho posible la futura inversión de 130.000 euros. Fanega Ingeniería Agraria también está detrás con su asesoramiento técnico. El proyecto contempla combinar cultivos en invernadero y al aire libre para contar con una producción de hortaliza variada durante todo el año y responder al compromiso con los clientes. Las variedades que se pretenden cultivar son nada menos que 26 y van desde las acelgas, ajos, alubias, berenjenas, brócoli, apio o calabacín, hasta las espinacas, habas, pimientos, puerros, remolacha, lechugas, tomates y un largo etcétera.
En tres años, el proyecto de Horticultura Natural de Asamimer aspira a convertirse en «el referente comarcal de la producción de hortalizas ecológicas». En su primer año tiene previsto recolectar mil kilogramos de verduras semanales para llegar a los casi 200 clientes previstos. De momento, casi cien ya se han conseguido entre los familiares y socios de personas con discapacidad vinculadas a Aspanias (Burgos), Aspodemi (Miranda)y Asamimer. La campaña de comercialización para llegar al resto de posibles clientes comenzará cuando el proyecto pueda dar respuesta a su demanda.
La idea es distribuir las cestas dejándolas en puntos de recogida prefijados. En la finca se realizará el cultivo y muy cerca, en una nave alquilada al Ayuntamiento del Valle de Tobalina, se procederá al envasado en cajas de las verduras. El proyecto también plantea vender a tiendas ecológicas y asociaciones de consumidores de productos ecológicos, cuando haya superproducción. Asimismo, tratará de abrirse camino entre los servicios de cátering, restaurantes del entorno y casas de turismo rural, entre otros potenciales clientes.
El martes concluyeron su curso Óscar, Rafa, Begoña, Adriana o Dani, entre otros. Apenas han tenido oportunidades laborales, a pesar de haber superado los 40 años en algunos casos. Todos quieren trabajar. Ese es su sueño y responden con un sí al unísono cuando se les pregunta si querrían formar parte del proyecto. La gerente de Asamimer explica que a la hora de elegir se tendrán en cuenta a «las personas más cualificadas y con mejores habilidades, como la responsabilidad o la continuidad, muy importante para mantener un empleo».