Hablar de Pradoluengo es hablar de su industria textil, centrada en la confección de calcetines que le dio proyección mundial, pero también lo es poner en valor su patrimonio natural, del que tan orgullosos se sienten los vecinos. El proyecto municipal que se pone en marcha hoy, con vocación de largo recorrido, pretende fusionar ambos valores a través del arte.
BosqueCalcetín, como se ha bautizado a esta iniciativa cultural y medioambiental, aspira a crear un espacio de arte en un lugar especial, el monte Acebal Vizcarra, cercano a la localidad y al que se accede llegando desde Burgos antes de entrar en el pueblo y muy unido a la vida pradoluenguina, ya que hasta él se sube en fiestas y se utiliza en verano para campamentos, ya que al inicio del mismo se encuentra una zona recreativa muy atractiva, la Cascada.
El Acebal Vizcarra está habitado mayoritariamente por pinos y su supervivencia queda ligada a una gran repoblación que se hizo en los años 20, un modelo de gestión forestal en su momento que sirvió de ejemplo en muchas otras zonas y gracias a la cual se conserva y pervive sin generar ningún tipo de problema entre los vecinos. Ahora toca, precisamente, ir sustituyendo ejemplares ya viejos.
La intervención que el Ayuntamiento promueve se centrará en los lugares más accesibles y en los pinos que reúnan mejores características, que sería la zona conocida como la Manzaneda o huerta de los Liborios, en el entorno de la cascada. Esa tarea de localización comenzará hoy sábado, con un recorrido por el lugar y la selección de los árboles que se vean más propicios para desarrollar el proyecto.
Así, con esas obras de arte se enriquecerá el paseo entre el pinar con 25 intervenciones pictóricas, en una primera etapa, que formarán parte del paisaje, integrándose armónicamente en el mismo, en un guiño a la historia y presente de la industria textil pradoluenguina. También se quiere intervenir en algunos elementos del entorno, como paredes de construcciones que hay en ese espacio como pilones donde bebía el ganado o una casetas de aperos. Después, se planificará una ruta circular de 4 kilómetros.
La iniciativa que pone en marcha el Ayuntamiento surge de la colaboración con un joven, Emilio Pascual, que ha desarrollado la idea y, además, ha realizado montajes de cómo quedaría el bosque tras las intervenciones pictóricas, en las que, por supuesto, se utilizarán pinturas ecológicas que no dañan la corteza del pino, y que son resistentes a la climatología.
En los pinos se plasmaría la caña del calcetín, intuyendo que la otra parte está oculta bajo la tierra y las raíces. Se representa así una alegoría de lo anclado que está Pradoluengo a sus pinares, sus valles, sus hayedos, arroyos, montes y colinas, explica Pascual. Y al mismo tiempo supone un reconocimiento a los pobladores de la villa que supieron aprovechar sus recursos geográficos y naturales para crear una industria textil que, además del calcetín, producía paños, mantas y boinas, siendo durante décadas el motor de la economía de la villa.
Arte en la naturaleza. El proyecto se basa en el concepto Arte en la Naturaleza y persigue crear un espacio museístico al aire libre. Además, el Ayuntamiento involucrará en estas intervenciones a todos los colectivos y asociaciones de la villa, de tal manera que BosqueCalcetín no será solo obra de un único autor, como en el caso de El bosque de Olma o los Caminos de Salamanca, sino que llevará una firma colectiva. Así será de inicio, y como en estos momentos, por la crisis de la covid, hay que guardar las distancias, se intentará trabajar con grupos reducidos, añade el concejal Antonio Sáez.
En todo caso, el edil recalca que la idea es que sea un proyecto con continuidad, de tal manera que tras las intervenciones locales, se plantea proyectar BosqueCalcetín fuera de la villa, contactando con artistas burgaleses u otros afamados de fuera de nuestras fronteras para que hagan, a su vez, alguna intervención en el pinar, siempre con el calcetín como protagonista.