Los Gigantillos

MARTÍN GARCÍA BARBADILLO
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HEMEROTECA | "Se podría decir que Los Gigantillos son unos 'party animals', unas bestias festivas. En las principales jaranas de la ciudad están siempre presentes: procesión del Curpillos, San Lesmes, Sampedros..."

Baile de Los Gigantillos en San Lesmes. - Foto: Luis López Araico

¿Qué son? Dos personajes, una femenina y otro masculino, que aparecen en las fiestas populares de la ciudad. Representan a alcaldes de la Sierra. Son el equivalente local a los gigantes y cabezudos de otras partes; en este caso más a los cabezudos.

Edad. Con su diseño actual, fueron construidos en 1899, aunque los que pueden verse hoy día son, de alguna forma, una reencarnación.

¿Son unos muñecos? Bueno, sí, pero con persona dentro. Son dos figuras con armazón de madera y cabeza de cartón piedra. Miden 2 metros y cuarenta centímetros y pesan 60 kilos cada uno. Van vestidos a la manera tradicional: capa, sombrero y vara él; delantal, pañuelo y moño ella. Son descendientes de modelos ancestrales, como la Tarasca, que acompañaban procesiones y jolgorios varios desde la Edad Media.

¿A qué se dedican? Se podría decir que son unos party animals, unas bestias festivas. En las principales jaranas de la ciudad están siempre presentes: procesión del Curpillos, San Lesmes, Sampedros... En estos últimos tienen además pase diario: a mediodía se acercan a la Plaza Mayor a echarse un baile. Cuentan con una cuadrilla amigos.

¿Quiénes? Los Gigantones. Cinco parejas, mucho más altos que ellos, que les acompañan en sus saraos. Son los Reyes Católicos, El Cid y Jimena, y una especie de reyes y reinas chinos, árabes y amerindios. Un poco como el juego de cartas de formar familias. Pero los populares son los Gigantillos.

¿Son famosos? Habitan el Olimpo de lo burgalés junto al Himno, el Cid y un par de cosas más. En cierta forma, son un icono que está en el subconsciente colectivo unido a celebraciones. Son incluso un producto de márketing: con su imagen se han hecho suvenirs turísticos, láminas para colorear...; han dado nombre a bares... Este periódico lanzó hace años una promoción de dos azulejos con su figura dibujada que aún cuelgan en cientos de casas (yo las he visto en muchas de pueblo, empezando por la mía).

¿Son como estrellas del rock? Superestrellas. Además, son invencibles. En 1973 se quemaron en un pavoroso incendio y fueron construidos de nuevo; eso les acerca a la inmortalidad. Cuando salen por la calle la gente se hace selfies con ellos, se acerca, los toca... Es una cuestión más sentimental que estética.

¿A qué te refieres? Las cosas como son, no se trata de unas figuras bonitas. Digamos que obvian el canon griego. Si eres un niño pequeño tal vez te asusten, como los payasos; al crecer, te pueden hacer gracia, y luego, simplemente forman parte de tu vida. Pero no están como para desfilar en el Sambódromo de Río de Janeiro. Son otra cosa. Aunque insisto, son extremadamente populares y queridos. De hecho, cada vez más.

Ya veo. No te imaginas. No se me ocurre nadie vivo o muerto que haya recibido más honores en esta ciudad, sobre todo en los últimos tiempos. Hace años, los Gigantillos dormían sus resacas (periodo entre fiesta y fiesta) en almacenes municipales, pero desde 2014 cuentan con su propio museo, La Casa de los Gigantillos, un espacio habilitado en la planta baja del Teatro Principal. Desconozco si Prince cuenta con algo parecido en su Minneapolis natal.

Es como el Salón de la Fama. Sí, y hay más en el movimiento de reivindicación de estos personajes. En 2010 se inauguró en la calle San Lesmes una escultura de los Gigantillos. Se trata de dos estatuas de bronce, yo diría que escala 1:1, y técnica hiperrealista. He estado pensando y no se me ha venido otro ejemplo en el mundo de algo así, aunque lo habrá. Me explico: los Gigantillos son ya de por sí unas esculturas (de madera y cartón), y aquí se han hecho unas esculturas de esas esculturas, lo que cual no deja de ser una locura considerable y algo potencialmente peligroso. Yo no creo en esas cosas, pero si, por cualquier circunstancia, los Gigantillos y sus esculturas se juntan en algún momento tal vez unas se transformen en las otras y a la contra. O se produzca un agujero espacio-temporal en el universo.

¿Tú crees? Nunca se sabe, pero con estas cosas no se juega. Lo único cierto que la estatua cumple la misma función que sus modelos reales. La gente se fotografía con ella, muestra de la devoción sin fin que despiertan esta señora y este señor, o estos muñecos.

Si quieres parecer integrado. Evidentemente, fotografíate con ellos, en cualquiera de sus versiones.

Nunca, nunca, nunca... Les levantes la falda o la capa para ver qué hay debajo, aunque tengas cuatro años. Debajo de los Gigantillos hay más Gigantillos.