Araceli e Ignaci, una pareja de profesionales sanitarios catalanes que se disponían a «caminar las Merindades» sufrieron el lunes un revés en su primer día de vacaciones en la comarca. Tras dormir en Oña, llegaron a su primer destino, las cuevas de Ojo Guareña. Allí, su perra Lua se atrevió a lanzarse al agua en el sumidero del río Guareña y la fuerza del agua la arrastró hacia el interior del complejo kárstico por una cascada con unos cuatro metros de profundidad. Su dueña se lanzó al agua e incluso la llegó a agarrar por la cabeza, pero se le escapó empujada por la corriente. En ese momento, no sabían dónde había caído. La perdieron de vista absorbida por la oscuridad de la cueva y la creyeron muerta.

Ayer, a las dos de la tarde, 24 horas después del accidente y tras una noche en vela Araceli lloraba y reía a la vez tras recuperar al animal, que fue rescatado por Txus Riezu, del Grupo Espeleológico Edelweiss y gerente de Ojo Guareña Aventura, con Juan Carlos, que le dio apoyo para descender al fondo del sumidero con garantías. Allí abajo, en un recoveco, donde aún no cubría mucho -afortunadamente estamos en otoño- había quedado atrapada Lua.

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