Si se cumplen los pronósticos de las encuestas tres paridos, ERC, PSC y JxCAT obtendrían cada uno de ellos alrededor de los treinta escaños. Con esos resultados ninguno tendría capacidad de gobernar, ni tan siquiera tomados dos a dos, por lo que requerirían de un tercero para lograr formar un gobierno con estabilidad parlamentaria. A tenor de las declaraciones de los líderes de los partidos y de los vetos cruzados, sería imposible alcanzar un acuerdo de coalición. ¿O no? Al fin y al cabo, la política es el arte de lo posible y a la vista de los resultados de los últimos procesos electorales en los que la repetición de elecciones no había cambiado en seis meses la correlación de fuerzas, los políticos catalanes debieran aplicarse en la formación del Govern, para evitar a la ciudadanía catalana y española un nuevo periodo de interinidad y de inestabilidad.
Existen dos posibilidades de un nuevo tripartito, la primera netamente independentista formada por los partidos de Carles Puigdemont y de Oriol Junqueras, más la CUP; y el segundo, el integrado por PSC, ERC y En Comú Podem, una fórmula ya experimentada en Cataluña. En el primer caso, el candidato de ERC, Pere Aragonés dice no querer saber nada de las prisas de Laura Borrás para declarar una nueva independencia unilateral, y la CUP no quiere saber nada de ambos si no es para dejar atrás cualquier sombra de autonomismo. El nexo común de los tres es la petición de un referéndum de autodeterminación pactado, la petición de amnistía para los políticos presos y el desprecio a la monarquía y a la Constitución del 78. La propuesta de ERC es formar gobierno con 'los comunes' y con la CUP pero no hay ninguna posibilidad matemática de alcanzar la mayoría absoluta de 68 escaños, por lo que necesitaría el apoyo externo de JxCAT, que no está dispuesta a quedar fuera del Govern, mientras que los outsiders del PdeCAT abominan de la radicalidad de Laura Borrás.
¿Habrá un nuevo triparito en Cataluña? Los candidatos de los dos principales partidos concernidos lo niegan. Aragonés califica a Salvador Illa como “el representante del 155”, de la intervención de la Generalitat, mientras que el candidato socialista -”Basta ya"- está cansado de la ensoñación independentista, que los de Junqueras renuevan en campaña para no perder terreno con Puigdemont, y propone el reencuentro de la sociedad catalana, pasar página de la década del 'procés' y abordar el encaje de Cataluña mediante el diálogo dentro de la ley. Este acuerdo sosegaría ánimos en Cataluña y garantizaría estabilidad en Moncloa. Illa propone un Govern con ´los comunes' y apoyo externo de ERC. Otra ensoñación.
Desde Ciudadanos, se malician que habrá un nuevo tripartito como los de Pasqual Maragall y José Montilla en Cataluña y previenen contra esa tentación del PSC, a la que contraponen la oferta de pacto 'constitucionalista' sumando sus votos al PP. ¿Y a Vox?. Ninguna encuesta ofrece viabilidad numérica a esa propuesta, lo que evita entrar en su viabilidad política, aunque se da la paradoja que el PSC es constitucionalista o deja de serlo en función de los pactos que se le atribuyan. El partido de Abascal, con su discurso populista del miedo es el único que va a ganar.
Todo lo que ocurra en Cataluña a partir del 15-F pasará por ERC y el PSC si se confirman las previsiones demoscópicas. Por ahora se ignoran cuando no se desprecian.