Pablo Casado quiere romper con el pasado y ante la crisis política abierta en el PP por el desastre electoral acaecido en Cataluña ha recurrido a una maniobra clásica. Se ha marcado un "Alcibíades". Como aquél caudillo ateniense que en situación política apurada decidió desviar la atención del personal cortándole el rabo a su perro. Al día siguiente en Atenas no se hablaba de otra cosa.
Lo que ha hecho Casado ha sido anunciar que vende Génova 13, la sede del partido en Madrid. Durante unas horas, incluso días, semejante anuncio aleja de los titulares de los periódicos la cuestión de fondo y las causas del desplome del PP en Cataluña pasan a ser no el punto de partida para una crítica que aparejaría decisiones -y reajustes o incluso dimisiones- sino la melaza que sirve de contexto.
El anuncio se hizo un martes. Fue un mal día. Quizá a muchos seguidores del PP les habría interesado escuchar una reflexión acerca de las causas que han contribuido a esta situación. Algunas las ha puesto encima de la mesa la diputada (por Barcelona) Cayetana Álvarez de Toledo. En su opinión, el detonante de la debacle no ha sido tanto la abstención o la sombra de Bárcenas como los errores de estrategia cometidos durante la campaña. El de Casado habría sido decir que no estuvo de acuerdo con la actuación policial el 1 de octubre de 2017. El día del referéndum ilegal en el que la Policía -por orden judicial- defendió la legalidad vigente.
Lo sucedido en Cataluña ya es leche derramada. A corto plazo no tiene arreglo. Pero el PP no es Ciudadanos, no es un partido en descomposición. Tiene historia e implantación relevante en toda España salvo en el País Vasco y Cataluña. Pero no siempre ha sido así. Ahora lo que tiene por delante es mucho trabajo político y no dejar que Vox les coma el terreno. Pero el primer paso es no llamarse a engaños.
Se lee en el Lazarillo de Tormes que no muda el hombre de condición por mudar de lugar. Para el caso, por cambiar de sede dejando atrás Génova 13. Como, por cierto, le venían recomendando a Casado todos su enemigos políticos y mediáticos.