La Iglesia beatifica ha beatificado esta mañana a 12 religiosos misioneros redentoristas martirizados en Madrid, en 1936, durante la Guerra Civil. Cuatro de ellos de Burgos. Son los religiosos Vicente Renuncio, de Villayuda, José María Urruchi, nacido en Ayuelas, y los hermanos Bernardo (Gabriel) Saiz, de Melgosa, y Máximo (Rafael) Perea, de Villalba de Losa.
La beatificación se ha celebrado en la Catedral de La Almudena y ha estado presidida por el prefecto de Dicasterio de las Causas de los Santos del Vaticano, el cardenal Marcello Semenaro.
.Los doce religiosos mártires pertenecían a las dos comunidades que tenía, en esa fecha, la Congregación del Santísimo Redentor en Madrid, el Santuario del Perpetuo Socorro en Chamberí y la Basílica de San Miguel en La Latina, y estaban encabezados por Vicente Renuncio Toribio. En 2005 se solicitó la apertura de la causa, iniciándose la fase diocesana del proceso en septiembre de 2006 y concluyendo en noviembre de 2007. Tras su estudio en el Dicasterio de las Causas de los santos por historiadores, teólogos, cardenales y obispos, el Papa los declaró mártires el 24 de abril de 2021.
Beatificados cuatro mártires burgaleses en La Almudena - Foto: Alejandro Martínez VélezLos redentoristas han destacado que estos 12 religiosos misioneros, sacerdotes y laicos, "vivieron su voto de perseverancia siendo fieles a su fe y vocación y anunciando la salvación y misericordia de Dios en medio de la persecución y derramando su sangre como expresión de entrega generosa, amor a Dios y perdón y reconciliación para todos".
Una vez inscritos en el libro de los beatos, se ha descubierto un tapiz con la imagen de los nuevos beatos y se han llevado sus reliquias en procesión al presbiterio. Ellos, como ha subrayado después en su homilía el cardenal Semeraro, se vieron "atribulados, pero no aplastados; apurados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; privados, pero no aniquilados", y llevaron "siempre" a todas partes el Cuerpo de Jesús y su vida. "La vida del Crucificado resucitado está en el cristiano", ha subrayado.
El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos ha destacado que "lo que es muerte se convierte en nosotros en vida". Y ha apelado a ser "fieles a Dios" como lo fueron los nuevos beatos, con "seguridad y confianza", con "a certeza de la Providencia del Padre" también expresada en el salmo —"A tus manos, encomiendo mi espíritu"—. "Esta es nuestra fe. "No temeré ningún mal", explica san Agustín. […] Ahora Tú estás conmigo para que, después de la sombra de la muerte, también yo este contigo para siempre", ha concluido.