La crítica -
Por Juana Samanes
¿Puede la gente cambiar y tener una segunda oportunidad en la vida? Eso le ocurre a John Knox, un asesino de profesión que está está perdiendo la memoria, por una enfermedad mental, y al que le pide ayuda su único hijo, del que estaba distanciado, para cubrirle en un sucio asesinato.
Tras la cámara de este film, que sigue la estela de películas clásicas de cine negro, se encuentra el propio protagonista, el famoso actor Michael Keaton, que solo había ejercido anteriormente una vez en la dirección en otro thriller titulado Caballero y asesino, en el año 2008, donde el conocido intérprete de Birdman, asumió la tarea tras ser hospitalizado el director y guionista Ron Lazzeretti.
La película, con una historia escrita por Gregory Poirier, tiene varios giros argumentales que despiertan interés, fundamentalmente por el carisma que tiene el protagonista, un "perfeccionista" en su cometido que ha tenido como maestro a otro asesino a sueldo interpretado por el veterano y famoso actor Al Pacino. Al igual que ocurría, salvando las distancias, con la magistral Camino a la perdición, de Sam Mendes (2002), aquí lo importante es la relación paterno filial, en este caso de un hombre que amaba a su mujer y a su hijo y su comprometida profesión los separó. Es claramente un antihéroe que, sin embargo, provoca empatía desde el comienzo.
Interesante, de principio a fin, decae un poco a mitad de metraje por su ritmo lento, dividido en diferentes semanas que van indicándonos como va deteriorándose la mente del protagonista por su deterioro cognitivo. No obstante la película es una verdadera persecución de gato-ratón, donde una meticulosa inspectora de policía intentará atrapar al autor del asesinato.
Con una fotografía impecable de Marshall Adams, responsable en esta parcela de la serie Better Call Saul y El Camino, Michael Keaton ha jugado a lo seguro con el reparto al fichar al mencionado Al Pacino, pero también a la gran actriz Marcia Gay Harden, con la que su personaje comparte una secuencia muy emotiva y elegante. Lo que más asombra en este film es que haya elegido para encarnar a su hijo al actor James Marsden, conocido fundamentalmente por sus trabajos en comedias como Encantada:La historia de Giselle o Un funeral de muerte; y que aquí le toca meterse en la piel del personaje más dramático de la trama.