Las cáscaras de pipas, las colillas y las bolsas se acumulan a diario en el entorno de las terrazas a medida que avanza la jornada. Son los bares los que deben encargarse de limpiar la zona de vía pública en la que colocan los veladores, tal y como se dispone en la correspondiente ordenanza municipal. Pero no siempre se cumple.
Durante este verano, cinco locales han sido denunciados y se les han impuesto sanciones que conllevan una multa de entre 100 y 750 euros por este motivo.
La limpieza general suele realizarse al finalizar la jornada, en el momento en el que los camareros retiran las mesas. Sin embargo, el reglamento también especifica que los establecimientos que no cuenten con servicio de camarero para la terraza y los clientes se sirvan la bebida, deben reforzar las medidas de limpieza durante todo el día.
Las terrazas suelen ser fuente habitual de denuncias a los estabelcimientos por diferentes motivos: no atender a la limpieza, incumplir el horario (debe recogerse antes de la 1.30 horas o las 2 en fines de semana) o ruídos.
Al comienzo de la temporada estival, también se vigiló que todos contaran con la correspondiente autorización. «Se hicieron visitas periódicas a los bares que no tenían autorización concedida, y también a los que tenían más mesas. Se les invitaba a retirarlas o si no, se denunciaba», señala el concejal de Seguridad Ciudadana, Joaquín Muñoz.
700 veladores. El estío llega a su fin y es precisamente en este último mes cuando los hosteleros están sacando más rendimiento de las terrazas, ya que junio, julio y agosto no fueron especialmente calurosos.
Este año han sido 90 los establecimientos que han pagado la correspondiente tasa de veladores, un número similar al del ejercicio precedente, aunque siguiendo la tónica de los últimos años, se han colocado menos mesas que en 2013.
La cifra desciende hasta los 709 veladores (cada velador comprende una mesa y cuatro sillas), a los que se suman otro tipo de elementos que han de situarse junto a la fachada, como mesas altas con taburetes o toneles, y cuya cifra global también ha descendido. Hay 64, lo que supone casi 30 menos que hace un año.
Más trabajo que beneficio. Algunos hosteleros se quejan de que la normativa, en algunos casos, se ha aplicado de forma excesivamente estricta. «En algunas denuncias no se ha hecho foto de cómo estaba la calle», señalan.
Algunos van más allá y lanzan una reflexión al Ayuntamiento: «con lo que pagamos de tasas, está bien que nos obliguen a barrer la calle pero si a la vez también se denuncia y se multa a la gente que se sienta en un banco y tira las pipas y botellas alrededor del mismo».
Además, varios consideran que las tasas son elevadas y que cuesta mucho sacarles buena rentabilidad. «A veces la terraza te da más trabajo que beneficio porque hay que colocar las mesas y las sillas todos los días y retirarlas, pero las tienes por dar un servicio», indican desde el bar Madrid, en la calle Dos de Mayo.
En su caso no hay servicio de camarero y son «muy pocas las veces» en las que sus ocho mesas -por las que pagan unos 800 euros al año- se ocupan. «Casi siempre hay sitio libre; no es lo mismo tener una terraza en esta calle que en La Estación o Francisco Cantera, que es el entorno ideal y donde va más gente».