La Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta para reducir dos tercios las importaciones de gas ruso anualmente y lograr el objetivo de cortar la dependencia del mercado comunitario de los combustibles fósiles rusos en 2030, en respuesta a la ofensiva del país en territorio ucraniano y la amenaza para el mercado energético comunitario.
Para alcanzar este objetivo, el Ejecutivo comunitario se ha planteado una hoja de ruta que incluye la diversificación del suministro para evitar a aquellos proveedores que puedan contribuir a la inestabilidad en el mercado como Gazprom, la coordinación entre Estados miembros para que las reservas de gas estén al 90% en octubre de cada año, acelerar la adopción de combustibles renovables para sustituir al gas y reducir el impacto de los altos precios de la energía en los consumidores, en el marco del plan bautizado como REPowerEU.
La propuesta adoptada este martes por el Colegio de Comisarios en Estrasburgo para evitar la exposición de la UE a la volatilidad de las decisiones del Kremlin no contempla la emisión de deuda conjunta a nivel comunitario, según explicó el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans en rueda de prensa.
Además, destaca que entre enero y febrero, la UE ha asegurado el suministro de gas para este invierno y pone sobre la mesa que puede importar 500.000 millones de metros cúbicos más de gas natural licuado de proveedores como Qatar, EEUU, Egipto o el este de África, anualmente.
La diversificación de proveedores podría efectuarse también a través de los gasoductos de Azerbaijan, Argelia o Noruega, que podrían suministrar 10.000 millones de metros cúbicos de gas adicionales al año. Además, el Ejecutivo comunitario continuará en conversaciones con los principales compradores mundiales de gas, como son Japón, Corea del Sur, China o la India para analizar la situación del mercado a medio plazo.
En un paso más, Bruselas analizará las inversiones necesarias para desarrollar infraestructuras que permitan reducir la dependencia del gas y aumentar la participación del hidrógeno y del biometano, mientras reduce el uso de combustibles fósiles.
La propuesta se enmarca en el plan de la Comisión Europea para eliminar la dependencia comunitaria de Moscú hasta 2030, a razón de reducir un 30% anualmente el consumo de gas. La cifra es equivalente a 100.000 millones de metros cúbicos de este combustible fósil, considerando que en 2021, las importaciones de gas ruso fueron de 155.000 millones de metros cúbicos.
"Debemos volvernos independientes del petróleo, carbón y gas ruso. Sencillamente no podemos confiar en un proveedor que nos amenaza explícitamente. Debemos actuar para mitigar el impacto del alza de los precios de la energía, diversificar el suministro de gas para el próximo invierno y acelerar la transición verde", ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
"Las energías renovables son una fuente barata, limpia e inagotable de energía y en lugar de financiar la industria de los combustibles fósiles en otros lugares, crean empleo aquí. La guerra de Putin en Ucrania demuestra la urgencia de acelerar nuestra transición ecológica", ha agregado el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans.
Reservas estratégicas de gas al 90%
El plan de Bruselas incluye también una propuesta legislativa, que la Comisión Europea pretende presentar en abril, para establecer que las reservas de gas comunitarias deben estar al 90% de su capacidad a fecha 1 de octubre de cada año. Una propuesta que implicará coordinación y control de los niveles de aprovisionamiento bajo el principio de solidaridad entre Estados miembros.
Además, el Ejecutivo comunitario se plantea proporcionar incentivos en caso de alcanzar niveles de almacenamientos del 100% para hacer este sector más atractivo para el mercado. Además, la Comisión Europea puede coordinar operaciones de compra conjunta en el marco de una plataforma europea para los contratos de suministro de gas, que se base en negociaciones bilaterales con los principales proveedores de gas para favorecer la capacidad de adquisición.
Por otra parte, Bruselas proseguirá su investigación sobre el comportamiento de los operadores del mercado gasístico, como es el caso de Gazprom, la mayor compañía de gas natural del mundo y de origen ruso.
La Comisión Europea analizará las posibles distorsiones que ha podido propiciar el operador en el mercado comunitario con su comportamiento comercial irregular, considerando que los niveles de los almacenes operados por la compañía rusa se encuentran al 16% mientras que los que no son operados por Gazprom están al 44%, explica Bruselas en su comunicación.
Los precios de la energía
El Ejecutivo comunitario también presenta a los Estados miembros orientaciones adicionales para limitar el contagio de los altos precios del gas a los precios de la electricidad en circunstancias excepcionales, como por ejemplo limitando los precios temporalmente, algo que permite en casos de emergencia el marco normativo del mercado eléctrico.
La Comisión también estudiará mecanismos para optimizar el diseño del mercado de la electricidad para aprovechar los beneficios de las energías de bajo coste, así como un marco de ayudas para empresas afectadas por las crisis que se enfrentan a altos costes energéticos.
En este sentido, los Estados miembros podrán redistribuir los ingresos de los altos beneficios del sector energético y el comercio de emisiones hacia los consumidores. La normativa europea sobre subvenciones también abre la puerta a los Estados miembros a ofrecer apoyo a las empresas afectadas por los altos precios de la energía y reducir su exposición a su volatilidad a medio y largo plazo.
Además, para financiar todas estas ayudas, los Estados miembros podrían considerar medidas fiscales para gravar temporalmente "los beneficios caídos del cielo" de las eléctricas, una medida que, según la Agencia Internacional de la Energía, permitiría recaudar 200.000 millones de euros en 2022.