Una impresionante mandíbula, con varios dientes adosados muy bien conservados de un bisonte, que se calcula vivió en la Sierra de Atapuerca entre 900.000 y un millón de años atrás, se convirtió el pasado verano en uno de los últimos hallazgos del equipo de investigación de los yacimientos Atapuerca. De prosperar el proyecto en el que trabaja la Junta de Juarros, comunidad de villa y tierra que engloba a varios pueblos de la comarca, muy pronto no será necesario que los turistas se imaginen cómo eran esos bisontes europeos que poblaban la Sierra, ya que se pretende introducir de nuevo esta especie junto a caballos europeos como reclamo turístico y motor de desarrollo económico de la comarca de Juarros.
Además de los bisontes, que llegarán de la mayor reserva de estos animales que se encuentra en Polonia, también está previsto introducir caballos europeos salvajes, éstos procedentes de Francia. Dos especies protegidas, ya que la población de bisonte apenas supera los 4.000 ejemplares y la de caballos el millar, que pueden ser un motor de desarrollo económico y turístico de esta comarca.
El proyecto consiste en el cerramiento de los montes comunales e introducir estas dos especies en un hábitat en el que ya estuvieron hace casi un millón de años y favorecer la reproducción de la mismas, propiciando que los turistas que se acerque a los yacimientos puedan disfrutar de la acción de estos animales en libertad, en el mismo lugar donde los primeros pobladores de la Sierra de Atapuerca los cazaban.
De este ambicioso proyecto ya tienen conocimiento distintas administraciones, como la Junta y la Diputación, así como el Ministerio de Agricultura, que se han mostrado receptivas y ve con buenos ojos esta iniciativa que, según los promotores, «se tiene que sostener económicamente», y que en principio requiere una inversión importante para vallar o cerrar los terrenos donde se ubicará la reserva, además hacer frente a otras cuestiones como los seguros o el transporte de los animales.
Además de a las administraciones, los promotores también quieren implicar a los ganaderos de la comarca de Juarros para que se encarguen del control de los animales y asesoren en su cuidado, reproducción y cría. Se trata de un proyecto «impactante», manifiestan los promotores, que tiene como claro objetivo impulsar el turismo en la zona y ser un instrumento de desarrollo y creación de empleo con el fin de fijar población en los pueblos de Juarros.
En España ya se han registrado otras experiencias en relación a la reproducción de bisontes, como por ejemplo el Centro de Conservación del Bisonte Europeo situado en la localidad palentina de San Cebrián de Mudá, al que llegaron manadas salvajes procedentes de los bosques polacos de Bialowieza y Pszczyna o la llevada a cabo en una antigua explotación minera de cobre en la localidad sevillana de Castillo de las Guardas.