En la recta final de la campaña de excavación que se está llevando a cabo en pleno otoño en el yacimiento romano de Clunia, los descubrimientos no han tardado demasiado en aparecer. Hasta ahora, el equipo de arqueólogos que participa en los trabajos ha conseguido sacar a la luz los cimientos de cuatro columnas que hubo en el doble porticado del Foro, construido en el siglo I. A ello se suma otro punto más, víctima del expolio. En este caso, no hay ni rastro de la base ya que apenas queda la trinchera de cimentación.
El arqueólogo director de Clunia, Francesc Tuset, detalla que su objetivo principal es hacer comprensible este espacio para los visitantes. Para ello, un punto clave pasa por aclarar de qué forma se comunicaban la plaza del Foro y los pórticos con la entrada a la Basílica, el centro jurídico y administrativo de la ciudad. «Había que encontrar las basas. En unos casos ha salido el zapatón sobre el que se montaba la basa. En otros nada, quiere decir que alguien vino y se lo llevó», explica.
En total, han aflorado los cimientos de cuatro columnas. Tres de ellos con forma rectangular, con una dimensión de poco más de un metro. El cuarto es circular. Y el quinto, el expoliado, cuadrado. «Sobre esto hay que imaginarse la basa, después la columna y, encima, al final, el capitel», apunta Tuset, mientras precisa que los restos que han hallado durante esta campaña «en teoría no se verían porque son las zapatas del muro». Después, «del capitel de la columna te vas al capitel de una pilastra adosada a la esquina y lo cubres».
Elementos todos ellos que forman parte de un espacio que está considerado como el centro de la ciudad y el núcleo principal del desarrollo económico, político y religioso de Clunia durante la época romana. De hecho, siempre se ha destacado su gran amplitud y se le considera como uno de los mayores foros que se conocen. Sin embargo, el hecho de que no se visualice físicamente su doble porticado hace muy difícil que los visitantes puedan concebir la trazada real de la plaza. De ahí la campaña de excavación que se está llevando a cabo con investigadores de la Universidad de Burgos, la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y miembros del departamento de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. A partir de ahora, una vez que han conseguido sacar a la luz las basas de las columnas sobre las que se sustentaba la cubierta, el siguiente punto será recrear esas columnas, a media altura, como algunas de las originales que todavía se conservan en la zona de la Basílica y que datan del siglo I, en torno al año 50. «No hay idea de recrear el doble porticado, pero sí las columnas», detalla al respecto Tuset.
Con ello, se persigue que el visitante conciba la dimensión real del espacio en el que se encuentra, un espacio que durante la época romana daba cabida a tiendas, tabernas y «oficinas», por ejemplo, de escribas. «El Foro era un espacio cerrado, aún se ve la puerta. Entras, tienes lo que llamamos tabernas. A un lado se encuentra el templo. Al otro, la Basílica. Todo esto se debía cerrar a una hora determinada y hasta el día siguiente no se abría. Aquí se hacía la vida comercial», remarca el arqueólogo director, quien junto con Miguel Ángel de la Iglesia dirigen los trabajos que se efectúan en Clunia.
De inmediato. Así las cosas, Tuset confía en que los próximos pasos se den «muy rápido», en cuanto acaben su trabajo. Dice que se han habilitado unas partidas presupuestarias y espera que se ejecuten en un par de meses porque «si destapas y lo dejas así, se vuelve a arruinar». Ellos han excavado y lo pondrán a punto con idea de que quienes visiten el yacimiento romano, propiedad de la Diputación de Burgos, disfruten y comprendan un espacio donde también se instalarán varios carteles explicativos.
Mientras los arqueólogos se emplean a fondo, unos con palas excavando, otros con carretillas portando la tierra que sale y alguno barriendo, el director destaca que entre los descubrimientos de esta campaña también se hallan los restos de una inscripción junto a los cimientos de una columna del pórtico. «A veces ponían estatuillas, otras inscripciones dedicadas a alguien... Lo tienen que poner de forma que no moleste, por eso esta está pegada a la columna», apunta, para subrayar que un elemento de este tipo quiere decir que la ciudad romana «tuvo un momento en el que intentó embellecerse y lo debió conseguir. Pero luego a la primera de cambio... Es lo mismo que pasa en el teatro, que convirtieron en anfiteatro».
En total, la superficie excavada en el Foro ronda los 100 metros gracias a la labor efectuada por 9 arqueólogos durante una quincena de octubre y 12 en este momento. Al final, indica, lo que sale a la luz «es el resultado de prácticamente 1.700 años de saqueos, encontramos el resultado de desmontarlo todo y hay que seguir esa historia para llegar a la primera ciudad».