Castrojeriz alcanzó su máximo esplendor económico a partir del siglo XIV gracias al comercio de la lana con Flandes y buena muestra de esa grandeza es la colección de tapices conocida como ‘Las Artes Liberales’, cuyos cartones son obra del pintor flamenco Corneille Schutz, discípulo de Rubens, y fueron tejidos en el siglo XVII en los talleres de Bruselas. Estos tapices, de gran valor, fueron robados por el famoso Erik el Belga.
Con uno de esos tapices que han convertido a Castrojeriz en referente internacional en este arte, como protagonista, la iglesia de San Juan acogió ayer el acto de presentación de presentación de la exposición ‘Real Fábrica de Tapices: 300 años al servicio del patrimonio textil’, que se puede contemplar hasta septiembre en el Centro Cultural San Esteban de la villa castreña y que forma parte del ciclo de actividades programadas con motivo del III Centenario de la Real Fábrica de Tapices, que celebrará en 2021.
El objetivo de la exposición, manifestó el director general de la Real Fábrica de Tapices, Alejandro Klecker de Elizalde, es que, a través de una serie de fotografías de gran formato, alfombras, materiales y equipamiento, el visitante comprenda la relevancia de la Fábrica en sus áreas y procesos de producción de tapices, alfombras y reposteros, que se realizan con bordados de aplicación, técnica que consiste en coser piezas de tejido sobre otra tela de base para conformar, a modo de collage, un dibujo predeterminado. Además, también se pueden conocer las diferentes técnicas de restauración que se emplean y la labor de conservación y mantenimiento del patrimonio textil.
«Es una exposición corta de recorrido, pero muy ilustrativa para que el visitante entienda desde que es una canilla, aguja que se utiliza para hacer un tapiz, hasta la piscina de lavado de tapices, pasando por las piezas de elaboración de reposteros que están prácticamente perdidas en España», manifestó Klecker de Elizalde, quien explicó la muestra al embajador de Bélgica, Marc Calcoen, que alabó la colección de tapices de Castrojeriz.
La muestra es un recorrido por la historia de Burgos, de Castilla, con Flandes, «porque tenemos la leyenda nefasta de que los burgaleses solo sabían hacer la lana y en Flandes es donde se hacía el tapiz, pero lo cierto es que era un principio de especialización de la Corona, porque aquí se hacía muy bien la lana y en Flandes estaban los artesanos, y lo que era absurdo era trasladar aquí, a Burgos, a los artesanos o a la ovejas merinas allí», señaló el director de la Real Fábrica de Tapices, quien insistió en la importancia de divulgar la labor que realiza y anunció que también esperan participar de alguna forma en los actos del VIII Centenario de la Catedral de Burgos.
El embajador belga, que estuvo acompañado por la alcaldesa, Beatriz Francés, destacó el importante patrimonio cultural de Castrojeriz, «que tiene mucho arte flamenco, no solo tapices», y prometió regresar para hacer el Camino de Santiago, otro de los referentes de Castrojeriz. A la inauguración de la muestra, además de numerosos y alcaldes de la zona, también acudieron el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente; el delegado territorial de la Junta, Roberto Saiz, y el presidente en funciones de la Diputación, Lorenzo Rodríguez.