«Ya no hay nada que hacer, el inmueble carece de posibilidades», lamenta el alcalde de Carrias, Emilio Vadillo, tras el último hundimiento de la iglesia de San Saturnino. La petición a la Diócesis del traslado de la portada renacentista a la nueva capilla, con el fin de proteger la pieza mejor conservada del templo, ha caído finalmente en saco roto.
Vadillo ha intentado en varias ocasiones llevar a cabo tal actuación -incluso se planteó ejecutar el traslado sin permiso- pero la única respuesta que ha recibido de la institución es que «retirásemos los escombros y construyéramos un tejado para proteger la pieza», manifiesta el regidor. La alternativa no convenció al equipo de gobierno que tras años de intentos fallidos tira la toalla. «No disponemos de la capacidad económica para quitar los escombros y limpiar la vegetación porque el estado es realmente ruinoso y peligroso, por lo que no nos ha quedado otro remedio que aceptar que la iglesia se ha perdido», manifiesta. «El Arzobispado me denegó dos veces el permiso con meses de diferencia», añade.
El deterioro de la misma comenzó a percibirse hace más de 35 años. En lo alto de la colina, presidiendo la entrada a Carrias, lo que un día fue un templo románico de importancia en la comarca se ha transformado en un «montón de piedras sin utilidad». La falta de mantenimiento y el poco uso generaron primero filtraciones de agua, que provocaron goteras y grietas en los muros. A finales de verano los vecinos comprobaron que se habían producido nuevos desprendimientos de las bóvedas, que taponaron definitivamente el acceso al templo, imposibilitando una rehabilitación. «Es triste ver cómo un edificio tan antiguo -de estilo románico pero reformado en el siglo XVI- que esconde tanta historia se deja perder y ya solo quedan vivos los recuerdos», asiente afectado Vadillo.
A día de hoy, el Arzobispado no descarta preservar la portada renacentista del siglo XVI de la iglesia de San Saturnino y ubicarla en el templo situado en la parte baja del pueblo. La institución conoce a la perfección la dificultad que tal actuación presenta y la cantidad económica elevada que requiere pero Miguel Ángel Ortega, aparejador de la Diócesis, mantiene que la portada «debe permanecer en la localidad» y que trabajarán para «lograr que su conservación». Sin embargo, Emilio Vadillo se muestra más pesimista y confiesa que no tiene expectativas de que «se haga ya nada».
El conjunto monumental, formado por dicho templo y por la ermita de Nuestra Señora del Campo, se incluyó en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra en diciembre de 2019 por los daños que presentaban ambos inmuebles religiosos. De la ermita, una construcción de los siglos XI y XII, apenas quedan restos originales, tan solo del pórtico y algunos canecillos en el ábside. Además, hace unos años un incendio acabó por rematar el mal estado del techo y las paredes. Junto a dicho oratorio se encuentra el cementerio, que gracias al mantenimiento de los vecinos continúa en uso.
La iglesia de San Saturnino solo conserva una parte del crucero, el coro y un pasillo de la nave central recubierta de piedras, maderas y vegetación. Asimismo, las grietas se han hecho con la torre del campanario, que amenaza con caer.