A sus 42 años, este bilbaíno de nacimiento aunque de corazón alavés de Amurrio, afirma que lo más grande de su vida son sus tres hijos, dos niñas y un niño. Sociólogo de formación, su pasión es la política. Y de casta le viene al galgo. Su padre fue un histórico militante de AP en el País Vasco, en los años de plomo de ETA. En ese ambiente entró en el PP en 1994, partido en el que estuvo 19 años hasta que salió desencantado por la deriva que tomó en tiempos de Rajoy. Hace algo más de cuatro fundó VOX y ahora, tras varias tentativas, las encuestas indican que podría lograr entrar en el Congreso de los Diputados en las próximas generales.
¿Les ha sorprendido la subida repentina de VOX que quedó patente en el mitin de Vistalegre?
En realidad no ha sido de repente, VOX lleva cuatro años y medio constituido como partido, estábamos estabilizados en los 3.000 afiliados y hace justo un año comenzamos a subir, llenando actos por toda España, de tal manera que hemos pasado a 13.000 afiliados que tenemos ahora. Ha habido una subida muy fuerte, que se ha acelerado tras el acto de Vistalegre, pero que veía produciéndose desde hace un año. Para nosotros no ha sido una sorpresa, sabíamos que llenábamos varias semanas antes.
¿Y a qué se debe el despunte?
A un gran descontento político que no tenía representación, a un sentimiento de orfandad no solo ocasionado por el PP sino generalizado. La última encuesta que hemos visto decía que la mitad de los votos venían del PP y Ciudadanos.
¿Y la otra mitad de dónde vienen?
Pues sabemos que de un abstencionismo crónico, que tiene mucho que ver con el rechazo al Estado de las autonomías; también de nuevos votantes, chavales que votan por primera vez y que algunas encuestas nos dan el 7 por ciento de ese voto. Y, sorprendentemente para muchos, están viniendo de una parte del votante de la izquierda que quiere la igualdad de todos los españoles ante la ley, que rechaza las políticas de inmigración masiva y también que rechaza ese hembrismo enloquecido que está afectando a muchos hombres y ante el que VOX tiene una respuesta.
¿Hay quien sostiene que existe una estrategia desde el Gobierno del PSOE de hacer que VOX crezca para dividir a la derecha?
Los primeros que han pensado eso son los aprendices de brujo que dieron aire a Podemos para dividir al PSOE. Han creído que los demás actúan como ellos. Es probable que en el PSOE estén intentando impulsar una estrategia de esta naturaleza. Desde luego nosotros no tenemos ninguna conveniencia en ello. Le hemos metido una querella al presidente (por el presunto plagio de su tesis doctoral) y esperamos que eso le lleve a ser procesado en el Supremo. En todo caso, si el PSOE cree que dando aire a VOX puede dividir a la derecha, se está equivocando. Lo que va a conseguir es que muchísimos españoles, también de la izquierda, voten a VOX.
¿VOX es un partido ultra?
VOX es un partido de ultranecesidad para muchos españoles, pero en ningún caso es un partido extremista o fanatizado. Apela a cuestiones que son de sentido común, que nos han enseñado nuestros padres y abuelos, que parecían normales y que, poco a poco, hemos visto como eran estigmatizadas. Lo que ha hecho VOX ha sido abrirse la camisa y defender estas cosas tan normales y tan de sentido común.
¿Cuáles son esas cosas?
Por ejemplo, no se podía criticar el Estado de las autonomías porque parecía que atacabas a la democracia. Nosotros decimos que ha lesionado la democracia, la igualdad, la libertad y la prosperidad de los españoles. Tampoco se podía decir nada sobre el control de las fronteras, VOX dice que son necesarias, son buenas y son tan necesarias como las paredes de nuestra casa. De hecho España es nuestra casa y queremos que esté protegida. Y abrimos las puertas de nuestra casa como queremos, tenemos derecho a regular los flujos migratorios. Por cosas así, de sentido común, nos han llamado xenófobos o racistas incluso.
¿VOX defiende la Constitución?
Por supuesto. VOX defiende el imperio de la ley, el orden constitucional y su vigencia. Planteamos su reforma pero a través de mecanismos que establece la propia Constitución. Queremos reformar algunas cosas, fundamentalmente lo relativo al Título VIII de la organización territorial, las comunidades autónomas. Sabemos que eso implica una reforma por la vía agravada, que exige una mayoría de dos tercios. No es una mayoría que podamos tener pronto, pero creemos que somos honestos diciendo cuál es nuestro fin último. Mientras tanto, planteamos una recuperación de las competencias de educación, sanidad y justicia que creemos que es posible hacer sin una reforma de la Constitución, a través de leyes orgánicas.
VOX ha dicho que el problema de las pensiones se arregla suprimiendo las autonomías y dedicando ese dinero a pagar a los jubilados. ¿Esto no es populismo?
Para nosotros populista es Rajoy, que regala los oídos a su electorado y luego incumple su programa; populista es Rivera, cuando vemos que solo toma posición en cosas de aceptación mayoritaria y en las espinosas se pone de perfil. VOX defiende las cosas en las que cree. Respecto a las autonomías y las pensiones, sabemos que eso no se soluciona de la noche a la mañana pero creemos que hay que ir en esa dirección. El sistema de pensiones, con la pirámide demográfica actual, no se sostiene. Queremos hacer una reflexión respecto a cómo ahora el grueso de los ingresos públicos van destinados a sostener una estructura carísima como son las autonomías. Por eso decimos, o autonomías o pensiones, o impuestos bajos o autonomías, o becas o autonomías.
¿Usted ilegalizaría a los partidos independentistas?
No les concedo un término tan positivo. Son separatistas. Independentistas somos nosotros, que creemos en la independencia y en la soberanía de España. Lo que planteamos es una nueva ley de partidos que permita la ilegalización de los partidos separatistas que se comporten como tales. Mientras tanto, con la actual ley creemos que es posible ilegalizar a las organizaciones criminales golpistas, es decir, a los que han puesto toda su estructura al servicio del golpe y ahí incluimos a la CUP, ERC, PdeCAT y a asociaciones como ANC y Omnium Cultural.
¿Eso acabaría con el problema de fondo del independentismo?
No ofrecemos varitas mágicas. La ilegalización de los partidos no resuelve el problema de la noche a la mañana, pero empieza a resolverlo junto a otras medidas como la suspensión de la autonomía de Cataluña de forma indefinida, la disolución de los Mossos y la integración de los leales en la Policía Nacional. Estamos ante una degradación total en Cataluña del proyecto común de España y lo que se ha destruido solo se puede arreglar durante décadas.
¿Son ustedes partidarios de salir de la Unión Europea y del euro?
Nunca hemos dicho tal cosa. Lo que decimos es que no aceptamos la actual deriva federalista de la UE porque creemos en esa parte del artículo 2 de la Constitución que dice que España es indisoluble. No creemos en los Estados Unidos de Europa, como Rivera o Margallo. Creemos en una UE de Estados, que respete la soberanía, la identidad de cada país y que contenga la presión migratoria. Desconfiamos de una UE entregada al impulso de la inmigración masiva y que está intentando intervenir en la soberanía nacional de una forma tan determinante que al final tenemos que acabar soltando a terroristas y violadores.
¿Santiago Abascal es racista?
Evidentemente no. Cuando hablamos de política migratoria no hablamos del color de la piel o las razas, que no existen. Uno es negro, otro blanco y otro amarillo igual que hay rubios o morenos. No creemos en las diferencias raciales. Lo que hay son diferencias culturales. La inmigración debe regularse en función de las necesidades de la economía y hay muchos millones de españoles parados como para que llamemos más a la inmigración. Y también hay que regularla en función de la capacidad de adaptación de los inmigrantes. No se adapta igual un compatriota hispanoamericano que viene de Colombia que un magrebí.
¿Usted pondría de nuevo controles fronterizos dentro de la UE?
Lo que hay que hacer es controlar las fronteras exteriores de la UE, con una política de inmigración común y sensata. Si no la hay, nos obligan a poner de nuevo controles fronterizos. Eso no significa restringir la libertad de circulación de trabajadores y capitales en la UE, solo un control en las fronteras y que será más incómodo pasar de un país a otro. Nos están condenando a eso.
Hablemos de economía. ¿Qué sistema de pensiones plantea VOX?
Plantemos la evolución desde el actual sistema a un sistema mixto de capitalización y reparto. Hay que dar la oportunidad a los trabajadores de capitalizar su pensión pero hay quien no va a ser capaz y el Estado debe estar ahí. En todo caso, VOX es un partido que no va a gobernar mañana. Puede determinar la gobernabilidad con un grupo parlamentario potente en los próximos meses o años, cuando se convoquen elecciones. Nuestras cien propuestas urgentes para España indican direcciones y caminos. Así, por ejemplo, criticamos la ley electoral pero no decimos exactamente cuál debe ser la reforma técnica.
¿Pero desde el punto de vista económico, en que cree VOX?
Cree en la economía de mercado y cree que la intervención del Estado tiene que ser la justa y la mínima. El fruto del esfuerzo de los españoles tiene que estar en el bolsillo de los españoles y no puede ser saqueado por unos impuestos abusivos, algunos de los cuales son tremendamente injustos, como el de sucesiones. El Estado debe intervenir mínimamente para garantizar la libre competencia y que los que se han quedado en los márgenes porque no pueden competir, sean ayudados.
En el horizonte las primeras elecciones de ámbito nacional son las Europeas de 2019. ¿Qué aspiraciones realistas tienen?
Esperamos superar el millón de votos y conseguir una representación igual o mayor que la que obtuvo Podemos en el primer asalto europeo. El objetivo mínimo son cinco escaños. Si nos quedamos por debajo no podremos interpretarlo como la gran victoria que esperamos. Tradicionalmente en España, los partidos se han consolidado a través de las Europeas. Ha ocurrido con Podemos y también con Ciudadanos, que estaba confinado en Cataluña y hasta que no consiguió dos escaños en el Parlamento Europeo no dio el salto a la política nacional.
Para terminar, le voy a pedir que me defina a sus rivales políticos. ¿Qué le parece el PP de Pablo Casado?
Incapaz de combatir el descrédito; una marca quemada. Tenemos algunas coincidencias pero también muchísimas diferencias. Lo que está claro es que si VOX tiene un puñado de diputados nunca los pondrá al servicio del Frente Popular sino al servicio de un Gobierno de unidad nacional, que defienda las libertades y el orden constitucional con las reformas necesarias.
¿Y qué opina de Ciudadanos?
Es un partido de aluvión, una especie de burbuja que ha crecido sobre lugares comunes y que va a tender a deshincharse porque la gente quiere que le den respuestas a todas las cosas que le preocupan y no solo a dos o tres cosas. Y Cs se pone de perfil en la mayoría de los asuntos.
¿El PSOE de Pedro Sánchez?
Una auténtica calamidad para España. Está entregado a los comunistas, a los separatistas y a oscuros poderes internacionales con los que se reúne en Moncloa, como Soros, y determina la política migratoria.
Y nos queda Podemos...
Podemos es directamente el enemigo. No puedo hablar de ese partido como un adversario político. Es un enemigo de las libertades, del sistema democrático, quiere convertir Madrid en Caracas, y es un enemigo de la unidad nacional porque se ha puesto al lado del golpe separatista en Cataluña.