La Universidad de Burgos ha vuelto a poner encima de la mesa el nuevo mapa de titulaciones que debería sentar las bases de los futuros grados y másteres que se impartirán en la región en los próximos dos años, pero del que nada se sabe desde una primera reunión mantenida con la Junta en febrero de 2020. Lo hizo ayer el rector, Manuel Pérez Mateos, en la toma de posesión del director de la Escuela Politécnica, Miguel Ángel Mariscal, a quien pidió su respaldo para una idea que ya se planteó en su momento pero que ahora toma fuerza de solicitud firme, como es la del título de Matemáticas, que se impartiría como doble grado junto al de Ingeniería Informática, uno de los que cuenta con más alumnos en el campus del Vena.
El objetivo de la institución académica es sin duda incrementar su oferta de titulaciones oficiales y, aunque siempre mantiene como demanda principal los relacionados con el campus de la salud, en esta ocasión el rector defendió la necesidad de «apuntalar» los estudios con perfiles técnicos con el fin de atender las necesidades empresariales. «Tenemos que mejorar el porcentaje de egresados de títulos relacionados con la enseñanza STEM», señaló en referencia a las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas para «no tener que depender de Europa». No obstante, destacó que la UBU se encuentra en mejor posición respecto al resto de campus de la región, con uno de cada 4 titulados vinculados a esta rama, además de que el 40% de los matriculados son mujeres.
Pérez Mateos aprovechó su intervención para valorar el borrador de la futura ley orgánica de universidades del Ministerio que dirige Manuel Castells, sobre el que se mostró crítico en algunos aspectos. No comparte la desaparición de los grados de tres años puesto que «merma las posibilidades de algunos campus» en los que estos títulos de 180 créditos pudieran tener un «mejor encuadre». Además, hizo referencia al acceso a los másteres, que ahora está en esa barrera de créditos aprobados, mientras que la nueva propuesta pasa por que el alumno solo esté a falta del trabajo de fin de grado o de 9 créditos. Por el contrario, valoró positivamente que se haya eliminado la limitación de la formación dual, lo que «permitirá implantar titulaciones en Miranda y Aranda».
El rector valoró positivamente el trabajo de la Politécnica, que «ha pasado en cinco o seis años de tener 1 millón de euros en financiación a 6», así como su proyección en proyectos de investigación regionales, nacionales e internacionales. En este sentido, subrayó el esfuerzo de Mariscal, que repite como director del centro, habiendo logrado el «consenso» para que se presentara como único candidato, resaltando que fue uno de los decanos que con «más claridad» apostó por la enseñanza presencial en junio del año pasado.
Mariscal, por su parte, recordó su vinculación a la escuela desde que era alumno y sostuvo que, a pesar de formar parte del equipo directivo desde 2005, «es ahora cuando me encuentro más animado para este liderazgo». Aseguró que mantendrá su «espíritu crítico y voz propia», aunque siempre dentro de un espíritu «constructivo y de colaboración» a la hora de reclamar recursos para el centro.