Belorado y San Miguel de Pedroso han conseguido atraer a 23 nuevos vecinos, 8 de ellos en edad escolar, en apenas medio año, gracias al trabajo de los técnicos del Proyecto Arraigo y el de su Concejalía de Repoblación e Integración, única en España, y el grupo vecinal de voluntarios. Los nuevos residentes han engordado el censo pero han vaciado la bolsa de viviendas en alquiler, que ahora mismo se encuentra agotada pese a la gran cantidad de pisos, casas y edificios vacíos que existen en la localidad.
Solo hace falta situarse en mitad de la Plaza Mayor y levantar la vista para observar carteles de edificios en venta, unos en mejores condiciones que otras. Una rápida búsqueda en uno de los portales inmobiliarios más visitados de la web arroja resultados rápidamente: 62 casas, chalés y bloques completos para enajenar, algunos a precios realmente asequibles, y solo 3 en alquiler.
Ni tres quedan en el listado de pisos disponibles con el que trabaja el Ayuntamiento, según explica el concejal José Mari García, que con el grupo de voluntarios que forma el equipo de acogida de nuevos vecinos ha iniciado una campaña de concienciación y difusión de las bondades del alquiler para los propietarios de esos inmuebles vacíos. Inciden en que la presencia de inquilinos contribuye al mantenimiento en mejores condiciones que su abandono, cuando no a sustanciales mejoras sin realizar ningún desembolso económico. «En la mayoría de los casos, los propietarios o son gente mayor que ya no puede venir al pueblo o herederos que están desligados, y no se dan cuenta que tenerlas cerradas es precisamente la forma más complicada de venderlas», por su deterioro. «En los últimos meses se nos han caído dos casas en Belorado y en alguna pedanía también», apunta.
«Para la población que tiene, Belorado dispone de muchísimos servicios», que actúan como imán para estos nuevos pobladores, que sin embargo se ven lastrados por la falta de casas en alquiler y de entrada no quieren adquirir un compromiso económico más grande. Por contra, si su proyecto vital fructifica y están a gusto en la casa alquilada, «es posible que la compren ellos mismos», insiste.
El Ayuntamiento ha creado otras bases de datos, con huertas, locales y lonjas y ofertas de trabajo,«aunque por desgracia estas actualmente son escasas», reconoce García, porque parte de la economía beliforana está ligada al turismo y al Camino de Santiago, en un año prácticamente en blanco.
Y tienen el mismo problema con los huertos. Nadie quiere alquilar su tierra, aunque la tenga abandonada y se le estropeen los frutales. «Es un problema de mentalidad», sostiene García, que por el contrario también agradece a los beliforanos que las han cedido, algunos incluso de forma gratuita y otros por poco más que una renta para pagar los impuestos. «Eso que se ahorran», recalca, para añadir que no son solo un entretenimiento, sino que sirven de complemento a economías familiares a veces muy precarias.
La pandemia tampoco ha contribuido a engrosar esas bolsas, porque han aumentado los alquileres de larga duración o incluso los que se mantienen con vistas al próximo año.
Pese a la covid-19, el Ayuntamiento que gobierna Vecinos por Belorado se muestra «satisfecho» con los primeros resultados de su trabajo y del Proyecto Arraigo, que van en paralelo, si bien algunos proyectos de emprendimiento no han cuajado aún, a la espera de la evolución de la pandemia. También van a intentar atraer a aquellos nuevos residentes que llegan por su cuenta. Al empadronarse reciben una hoja informativa en la que les explican la existencia de esta Concejalía y de los grupos de acogida, con una docena de voluntarios a quienes pueden recurrir para cualquier caso.