El Plan Estratégico 2022-2030 elaborado por Miranda Empresas propone la creación de una fábrica de baterías en el polígono industrial de El Bullón y de un centro de investigación y tratamiento de materiales radioactivos, acciones interrelacionadas con el Estado como impulsor del Convenio de Transición Justa para Garoña y propietario de los casi 800.000 metros cuadrados de superficie industrial destinada a usos lucrativos, a través de la SEPES.
«El impulso definitivo al desarrollo y urbanización del polígono de El Bullón supondrá la puesta en valor de una infraestructura clave para el desarrollo de su área de influencia, dada la posibilidad del atraer a él importantes proyectos empresariales», del que ejercería como proyecto tractor esa planta de baterías, que además vincularía la actividad pasada y futura a la generación de energía y el cumplimiento de objetivos sostenibles y de transición ecológica.
«La tracción de un gran proyecto concreto a un suelo cuya titularidad es de SEPES supondría un impacto directo que garantizaría la reactivación socioeconómica de la zona como consecuencia del funcionamiento de la propia actividad empresarial, que sería de calado en cuanto a generación de empleo, tanto directo como indirecto, y que podría equilibrar el impacto del cese de actividad de la central nuclear», se recoge en el documento, publicado para recibir las aportaciones de la ciudadanía.
La paralización de Garoña a finales de 2012 provocó el despido de 301 personas por parte de Nuclenor, propietaria de la central, y 473 trabajadores de las empresas auxiliares, casi la mitad vinculados a Miranda de Ebro.
Apuesta por «una reconversión parcial» de la central nuclear, «compatible con el desmantelamiento de las instalaciones que proceda, dado que dispone de knowhow, recursos humanos, ciencia e instalaciones de muy alta tecnología que pueden aprovecharse para la creación de un centro de investigación sobre tecnologías inteligentes, tecnología 4.0, y específicamente en un centro de investigación y tratamiento de materiales radiactivos, no sólo energéticos, sino con especialización en otras tipologías, caso de los materiales hospitalarios, para generar una actividad de descontaminación, reutilización y reciclaje de esos materiales en la propia instalación, desarrollando, así mismo, negocios y líneas de investigación en nuevos materiales de contención y blindaje para nucleares, y convirtiendo progresivamente las instalaciones en un lugar de referencia en la investigación y aportación a la economía circular, implicando a diferentes organismos del Estado, a propietarios de la central y a la Universidad», detalla.
«Así, la recuperación de esos subproductos y la generación de una actividad de descontaminación y reutilización de materiales, dejaría de verse como un problema, proyectando una visibilización relacionada con el aporte de soluciones innovadoras y sostenibles, y contribuiría al aumento del PIB de la zona a través de un proceso de economía circular que podría colocar a la comarca al frente de este tipo de tecnologías», apostilla el informe.
Miranda Empresas afirma también que la actividad industrial se vería beneficiada tanto por la localización de la ciudad como por su accesibilidad a varias de las principales redes de transporte nacional. Destaca asimismo recursos aprovechables como el Centro Tecnológico, la Cámara de Comercio e Industria y los centros formativos.
El documento completo, con 134 páginas y 12 anexos, se puede consultar en este enlace.