Implantadas en tres comarcas diferentes, la Sierra de la Demanda, la Ribera del Duero y el Alfoz de Burgos, las cuatro mujeres con las que hoy rendimos homenaje a todas las trabajadoras de la provincia, comparten el reconocimiento de las instituciones y del sector empresarial, que han premiado la innovación de sus proyectos, el esfuerzo y, cómo no, el riesgo que supone montar una empresa -a veces sin demasiadas ayudas, reconocen- en un entorno hostil como es el rural.

Ellas lo han hecho, han apostado por los pueblos para desarrollar una actividad, en unos casos pionera y en otros menos, pero siempre con la ilusión y la constancia que requiere levantarse cada día y saber que ellas y solo ellas tienen que sacar adelante sus empresas.

Por todo ello, estas emprendedoras se muestran orgullosas de los premios que han conseguido porque, dicen, «son un reconocimiento y una forma de dar valor a un trabajo y a un esfuerzo, ayudan a visibilizar nuestras empresas, a hacerlas crecer y a nuestra propia autoestima porque nos da confianza en que lo estamos haciendo bien». Resaltan especialmente esa proyección exterior, muchas veces complicada, pero a la que las redes sociales ayudan extraordinariamente. 

Blanca López es la más veterana de este grupo de mujeres decididas. Hace ya dos décadas que dejó San Sebastián y se asentó en San Vicente del Valle. Ella dice que lleva toda la vida emprendiendo, con éxito dispar, en todo caso. Su última aventura ha sido crear Minari Orden, una empresa de organización de espacios, con la que se ha proyectado al exterior, sobre todo desde que decidió formarse en márketing digital para sacar mayor partido a su iniciativa (...).

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