La primera de las nueve plantas de transferencia de residuos de construcción y demolición que se prevé instalar en la provincia estará operativa en un par de semanas. Se trata del centro de Cascajares de la Sierra y ha sido posible gracias al convenio firmado entre las empresas de gestión de residuos Iglecar y Resbur y Hormigones ElMolino en cuyos terrenos se está levantando la planta, que completa las propias instalaciones con que cuenta la empresa.
La gestión de ésta y las ocho plantas más que sucesivamente se irán construyendo en la provincia, corren a cargo de Iglecar y Resbur, unión de empresas constituidas para dar solución al problema planteado tras el decreto del año 2008 de la Consejería de Medio Ambiente para regular y centralizar la gestión de residuos, y a consecuencia del cual se han clausurando los vertederos existentes en los núcleos rurales, sin que la Junta o la Diputación hayan planteado alternativas para resolver este problema.
Muchos de ellos se han sellado, otros se mantienen (sin autorización) porque los vecinos y constructoras carecen de puntos donde depositar escombros, enseres y material de obras y porque los puntos limpios a los que deberían transportar dichos residuos les supone un coste inasumible. Para resolver esa situación, la Consejería de Medio Ambiente y Resbur (empresa que gestionaba la planta de Cortes de Burgos y en breve, la de Villalonquéjar), alcanzaron un acuerdo, de tal manera que esta empresa quedó autorizada para gestionar ese tipo de residuos, según explica el gerente de la misma, Sergio Merino, también secretario general de la Asociación Española de Residuos.
Apartir de ese momento, se comenzó a diseñar el mapa burgalés con el objetivo de instalar plantas de transferencias de residuos de construcción. En principio, hay nueve propuestas de proyectos, cuya ubicación se han decidido en función de la industria existente y la densidad de población, además de aprovechar las facilidades que den los ayuntamientos y empresas que operan en los municipios. En esas plantas se focalizará el depósito de vertidos que después se trasladarán a las instalaciones de Iglecar y Resbur a Burgos o a otros gestores autorizados.
Así, en el caso de la planta de Cascajares de la Sierra se han aprovechado las instalación de la empresa Hormigones El Molino para firmar un convenio a tres bandas, ampliar sus instalaciones y dar servicio a los municipios de un entorno entre 25 y 30 kilómetros. Esa es la distancia que se ha tomado como referencia para proporcionar un servicio que no resulte gravoso económicamente para los usuarios; más de 30 kilómetros, encarece el transporte.
También en Lerma la planta de transferencia sigue el mismo camino de colaboración con una empresa privada, ya que se construirá en las instalaciones de Hormigones Gutiérrez que ya ha iniciado el proceso para hacer las obras de ampliación necesarias, solicitando al Ayuntamiento autorización de uso excepcional de suelo rústico para instalar la planta de tratamiento de residuos de construcción y demolición que dará servicio a la comarca.
El resto de plantas, cuyas inversión se calcula en torno a los 30.000 ó 40.000 euros, se instalarán en los municipios de Los Balbases, Villadiego, Pradoluengo o Belorado, Briviesca o Pancorbo y tres más en la comarca de las Merindades, una en terreno de Merindad de Sotoscueva y dos más que se ubicarían en Medina de Pomar o Villarcayo y en Valle de Mena o Trespaderne. La decisión definitiva en los casos donde hay dos alternativas dependerá, según Merino, de las facilidades para ceder una parcela. Las conversaciones están abiertas con los ayuntamientos y empresa vinculadas al sector de la construcción que ya disponen de instalaciones donde realiza sus trabajos de machaqueo, como es el caso de Hormigones El Molino y Gutiérrez.
Iglecar-Resbur gestionará de forma integral los residuos procedentes de la construcción y ciertos residuos industriales, pero no otro tipo de enseres como electrodomésticos, muebles, maquinaria diversas... aunque sí se recogerán y se llevarán al gestor autorizado, ya que no pueden ni almacenarlos ni tratarlos en las plantas; será solo un centro de recepción para trasladar ese material posteriormente a los centros autorizados.
En cuanto al material de construcción seguirá un proceso de selección en triages, tratamiento y reciclajes en las plantas que culminará con la producción de áridos que posteriormente pueden ser reutilizados por los propios ayuntamientos en obras municipales (caminos, jardines, calles...) lo que supondrá para ellos un ahorro y un beneficio para las empresa gestoras de residuos. Merino añade que el objetivo es que se puedan reciclar entre el 85% y 95% de todos los residuos que entren en las 9 plantas de transferencias.