Podría ser un cuadro de Mondrian o una pintura cubista si se tratase de un óleo. Pero es una fotografía, así que si hay que ubicarla en algún estilo deberíamos englobarla en la abstracción, en la imagen artística o en la creación libre. La instantánea de Ángel Herraiz concentra en los cristales de una ventana el azul del cielo y el amarillo de una fachada. No hay más que lo que se ve y gran parte del mérito está en encontrarlo, en hallarlo primero con los ojos para llevar hasta allí la cámara. Las sombras y la intensidad de la luz hacen el resto para que la fotografía parezca un cuadro vanguardista.
Paco Santamaría elige el blanco y negro para describir lo que ha significado y todavía significa la crisis sanitaria de la covid-19 en nuestro país. Un sanitario coge la mano de una paciente mientras otro profesional trata de ayudarle. Los ojos de la mujer desde la cama, depositando toda la confianza y también la esperanza en quienes cuidan de su salud, lo dice todo. La instantánea está tomada en el hospital de campaña que se levantó en el recinto ferial de Aranda durante los meses más duros de la pandemia.
Con estas imágenes Ángel Herraiz y Paco Santamaría han sido nominados al Goya de Fotografía, unos premios que nacieron con ese nombre en Aragón antes de que a la Academia de Cine se le ocurriera elegir al pintor maño como imagen para sus galardones. La Asociación de Fotógrafos y Videógrafos Profesionales de Aragón, AFPA, lleva diecinueve años, desde 1985, otorgando estos premios que tienen carácter bianual.
La luz domina esta fotografía tomada desde una ventana. - Foto: Ángel HerraizNinguno de los dos es nuevo en esto. Para Paco Santamaría es su cuarta nominación, mientras Herraiz suma una docena y una de ellas le hizo llevarse el busto de Goya a casa: fue 1997 por una imagen de la tapia del cementerio de Sarracín con la que ganó en la categoría de Industrial-Publicitario.
Herraiz participa en la categoría de Libre Creación, una especialidad que le permite seguir acudiendo a la cita zaragozana de profesionales pese a estar jubilado. «Precisamente por eso me hace ilusión porque la presenté para motivarme y decir en voz que aquí sigo y al nominarme me hacen ver que sí, que sigo aquí», señala el fotógrafo que, una vez seleccionado digitalmente junto a otros nueve finalistas, enviará la imagen positivada en papel de arte, como lleva haciendo desde hace 44 años.
El envío digital es uno de los cambios que ha provocado la pandemia, además del retraso en las fechas y la gala, que se transmitirá por internet sin publico ni concursantes el sábado 27 de marzo.
De la imagen de Paco Santamaría conviene recordar cómo se hizo y lo que costó llegar hasta ahí: «Había pedido permiso, como tantos otros compañeros, para entrar en el HUBUpero no había manera. Así que me acerqué al recinto de Aranda y durante dos semanas estuve a la puerta, tratando de conseguir que me dejaran pasar. Una vez dentro, con la Epi puesta, me comprometí a enseñarles las fotos y que el hospital pusiera el filtro para descartar las que no pudieran publicarse. Les pasé cincuenta y me retiraron tres», repasa.
Sus imágenes fueron las primeras de Castilla y León en el interior de un recinto hospitalario y, aunque ha pasado casi un año, recuerda todos los detalles: «Me acuerdo de la mujer de la foto porque a pesar de que solo ven astronautas, ella sonreía con la mirada».
Para Santamaría esta cuarta nominación es la que más ilusión le hace por la categoría: «Yo soy de estar en la calle y la fotografía de prensa es lo que me gusta hacer. Pero como de esto un freelance no vive, hacemos otras muchas cosas». Sobre lo que ocurra el día 27 no quiere hacerse ilusiones:«Hay muy buenas fotos y quizá la gente esté harta de la pandemia. Ya veremos».