El buen humor se contagia

Agencias
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El estado de ánimo saludable se propaga a través del contacto social, mientras que una persona que sufre depresión no pone a otros en peligro de padecer ese trastorno

 
 
Hay personas que tienen una risa contagiosa que hace que los que están a su alrededor acaben también a carcajadas. Pero no es necesaria la expresión máxima de la felicidad para que este sentimiento se pueda propagar entre los demás. 
Según un estudio publicado ayer, el estado de ánimo saludable se extiende a través del contacto social. Sin embargo, trastornos como la depresión no tienen esa facilidad de llegar a los demás. De este modo, tal y como apunta el informe, ser amigo de alguien que está atravesando una fase de decaimiento no pone a ese individuo en riesgo de padecer dicha enfermedad mental. Es más, es probable que ayude al desanimado a recuperarse, remarca el análisis, que rompe con los estigmas asociados con los pacientes con esa patología.
Académicos de las universidades de Manchester y Warwick, en el Reino Unido, que colaboraron en el trabajo, analizaron a más de 2.000 adolescentes de una red de estudiantes de Educación Secundaria para ver cómo su estado de ánimo influía entre sí mediante el modelado de la propagación de diferentes emociones, usando métodos similares a los empleados para rastrear la propagación de enfermedades infecciosas, tal y como se detalla en un artículo sobre el trabajo que se publica en Proceedings of the Royal Society B. 
El equipo de especialistas responsables de este informe encontró que, mientras que la depresión no se extiende, tener bastantes amigos con un estado de ánimo saludable puede reducir a la mitad la probabilidad de desarrollar esa sensación de malestar o duplicar las posibilidades de recuperarse de la patología mental en un período de seis a 12 meses. En el contexto de la depresión, se trata, según se desprende del estudio, de un impacto «muy grande». 
El doctor Thomas House, profesor de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Manchester y uno de los autores del documento, explicó la importancia del análisis. 
«Sabemos que los factores sociales, por ejemplo, vivir solo o sufrir abusos en la infancia, influyen en si una persona se deprime. También se sabe que el apoyo social es importante para la recuperación de la depresión, por ejemplo, teniendo gente con quien hablar», apuntó. 
 
Efecto curativo. «Puede ser que tener una red social fuerte es una manera efectiva de tratar la depresión. Se necesita más trabajo, pero es posible que se pueda reducir significativamente la carga de la depresión a través de intervenciones sociales baratas y de bajo riesgo», añadió el especialista británico en sus conclusiones. 
Los resultados del informe sugieren que la promoción de la amistad entre adolescentes puede reducir la patología mental, ya que tener amigos deprimidos no pone en riesgo a los demás, sino que contar con amigos sanos es protector y curativo para quienes padecen dicha enfermedad. 
 «Como sociedad, si nos permitimos desarrollar amistades entre los adolescentes (por ejemplo, desarrollando clubes juveniles) es más probable que el hecho de que cada adolescente tenga bastantes amigos con un estado de ánimo saludable pueda tener un efecto protector. Esto reduciría la prevalencia de la depresión», auguró el doctor Thomas House.