Rafael Santandreu: "Nunca colaboraría en un programa de Telecinco"

J. VILLAHIZÁN-J.M. FAYA (SPC)
-

El psicólogo de 'Para todos La 2' acaba de publicar 'Las gafas de la felicidad' (Grijalbo), donde da un curso sobre fortaleza emocional

Rafael Santandreu: "Nunca colaboraría en un programa de Telecinco"

Ignoramos si las lentes que lleva puestas Rafael Santandreu son, como el título de su último libro, Las gafas de la felicidad (Grijalbo), que promete al lector descubrir su fortaleza emocional. El psicólogo de cabecera de la tele desgrana las claves para superar complejos y golpes de la vida. 

Su nuevo libro rebosa positivismo puro.?

Pero yo no soy positivo, soy realista. Y la realidad es que necesitamos muy poco para ser felices. Sólo el agua y la comida del día y eso está asegurado en España. Ese hecho indiscutible me hace ver que seré feliz hasta que me muera, pase lo que pase. No necesito pareja para ser feliz, ni salud completa, ni siquiera amigos... con la naturaleza y mi propia mente me basta.?

?En su nueva libro, habla precisamente de eso, de la "bastantidad"...?

Es la gran habilidad de las personas fuertes y felices. Amancio Ortega, el creador de Zara, ha dicho muchas veces: "Tengo un avión privado, un yate enorme y demás... pero, en realidad, en la casita de mi pueblo con mi huerto, yo ya soy feliz". Eso es la "bastantidad", poder tener objetivos y metas, pero como quien juega una pachanga al fútbol con sus amigos: si gano el partido bien y si pierdo, también. Me basta con divertirme. ?

'Las gafas de la felicidad' es una nueva incursión en el método mindfulness?

No. No me extiendo aquí porque es muy largo de explicar…

¿Cuál es ese método efectivo y 'milagroso' para aprender a superar las dificultades? Por favor, no me diga que me compre el libro.

No existe un método milagroso, básicamente, porque los milagros no existen. El método cognitivo, que yo empleo, es el más comprobado científicamente y requiere una hora y media de deberes diarios. Se trata de cambiar tu diálogo interno, eso que te dices cuando te suceden las adversidades, grandes y pequeñas. Si tienes una filosofía personal austera, que aprecia lo que tienes y una mentalidad anti-queja, te aseguro que tu vida emocional mejora de forma radical.

¿Cuál cree que es la mejor filosofía para ir por la vida?

Necesitar muy poco. San Francisco de Asís dijo en una ocasión: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”. Pero no solo cosas materiales, sino también de cosas inmateriales, como “necesitar respeto”, “necesitar hacerlo todo bien”, “necesitar pareja”, “necesitar ser listo”… Esta filosofía anti-necesidades se ha de sentir con profundidad. Cuando lo haces, ¡se hace la magia!, tus emociones te acompañan inmediatamente y te vuelves alguien mucho más sereno y feliz.

Hay mucha gente que dice que prefiere ser ignorante para no sufrir, ¿qué les diría?

No es necesario taparse los ojos para ser feliz. Se trata de poner las cosas en su lugar. No hay nada terrible en esta vida, nada de lo que preocuparse. Se trata de liberarse de las obligaciones y lo que yo llamo “terribilitis”, perder los miedos y lanzarse a gozar del presente, de las pequeñas cosas, de tus oportunidades. Yo no soy nada ignorante de lo que hay a mi alrededor, pero al mismo tiempo, no me dejo influir por el dramatismo reinante. Veo los noticiarios como todo el mundo, pero me río de lo mucho que exageran todo.

¿Por qué hay cada vez más gente que tiene ansiedad, o que dice que padece de ansiedad?

Por la “terribilitis”, la tendencia a decirte que “esto sería terrible” y “lo otro, también”. Con “terribilitis” no te diviertes trabajando, no gozas de tus cosas, sino que entras en una deriva de intentar resolver lo antes posible todos tus temas, que los ves en clave de problemas, en vez de oportunidad de divertirte. Hay que acabar con la ansiedad a nivel mental dándote cuenta de que no hay nada “terrible”.

¡Hombre, perder a un ser amado, como un hijo, puede hundir a cualquiera!

No si tienes una mentalidad realmente sana. Hemos de comprender que la muerte es un hecho natural necesario y bueno. Si un niño muere con 4 años, pues habrá tenido 4 años gloriosos. Los padres pueden honrar su memoria haciendo cosas valiosas por sí mismos y por los demás en lo que a ellos les queda de vida.

¿Qué relación existe entre depresión y crisis económica?

Muy poca. La locura está instalada en nuestra mentalidad independientemente de si tenemos dinero o no. Llevamos 30 años en los que la depresión no deja subir, tanto en periodos de abundancia como en crisis. El problema de la salud mental es una cuestión de filosofía social, de la mentalidad de súper exigencia que existe en la actualidad. Súper exigencia personal, de cara a los demás y también a la sociedad en general.

Yo no me exijo tanto… Sólo intento mejorar.

Pero compárate con nuestros abuelos. En la actualidad, para ser una persona decente tienes que: estar en forma, ser delgado, bastante elegante, tener estudios, saber algún idioma, tener una casa bonita, tener pareja, amigos, un trabajo bien remunerado, haber viajado… Pero, ¡cuidado! Si fallas en alguna de éstas cosas, eres un frikie desgraciado. ¿Nuestros abuelos? ¿Delgado, idiomas, haber viajado…? Nada de eso. No podemos hacer la vida más y más compleja y salir airosos.

No hay varitas mágicas para superar la depresión, ¿pero cuáles pueden ser las conductas adecuadas para no caer en ella?

Dejar de exigirnos. Aceptarnos como somos sabiendo que lo único que cuenta es nuestra capacidad de amar. Tratarnos con cariño como trataríamos a un niño. Buscando los placeres pequeños de la vida cotidiana y valorándolos. Evitar el cuidado excesivo de los demás.

¿No cuidar a la familia y amigos, por ejemplo?

La gente tiene que aprender a colaborar, pero no a ocuparse de los demás. Cada uno debe aprender a sacarse las castañas del fuego por varias razones. La principal, porque lo material no es importante. La gente es feliz o no lo es independientemente de tu ayuda. Segundo, porque la gente aprende solo cuando se ocupan de sus cosas solos. Y tercero, la principal ocupación de cada uno es uno mismo: no descuides eso.

Usted ha padecido ansiedad alguna ver? ¿Por qué? ¿Cómo lo superó?

Sí. Cuando tenía 25 años, tuve un periodo malo: me quejaba de todo y estaba ansioso. Pero precisamente, aprendí la terapia cognitiva y me la apliqué a mí mismo y cambié. Hoy tengo 44 años y soy más feliz de lo que he sido nunca. Cambié todo mi sistema de valores por otro, más radical y saludable.

La receta deporte, dieta saludable y buenos amigos, ¿qué le sugiera? ¿Es una buena terapia?

No. Mucha gente hace eso y está al borde del suicidio. El único factor determinante es tu manera de pensar. Si tienes una mentalidad sana, hasta en la cárcel serás feliz.

¿Qué le diría a alguien que acaba de perder el empleo y tiene hijos a su cargo?

Pues le hablaría de Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas que no puede moverse desde hace 40 años. Él dice: “Quejarse es inútil y una perdida de tiempo”. Si él no se queja, ¿lo vas a hacer tú? Siempre hay cosas positivas para hacer por ti y por los demás mientras tengas agua y algo de comida. Y si les enseñas estos valores a tus hijos a través de tu ejemplo, los convertirás en personas súper fuertes y felices.

¿Cómo es eso de trabajar en la tele?

El programa que hago en TV2, Para todos la 2, es uno de los mejores que existen en la actualidad. Se habla de temas culturales y científicos de forma respetuosa y amena. Me encanta. Yo no colaboraría nunca en un programa de Tele5. Tenemos una audiencia fiel que quiere aprender. Gente inteligente y formada.

¿Le gustaría ser una especie de Elena Francis en la tele?

No. Porque Elena Francis no era psicóloga ni estaba debidamente preparada. Existe la idea de que cualquiera con sentido común puede dar consejos sobre psicología y te aseguro que eso no es así. No saber qué se tiene entre manos puede ser muy peligroso en muchos casos, puede hacer alargar el sufrimiento de alguien mucho tiempo o impedir, sin darse cuenta, que se ayude a un suicida, por ejemplo.

Anécdotas tendrá miles. 

En un medio así siempre suceden cosas divertidas como el hecho de encontrarme  cada miércoles a mi lado, en la sala de maquillaje, a Jordi Hurtado, de “Saber y Ganar”, y comprobar que ¡de verdad existe! Le he preguntado cuál es el secreto de su imagen que no cambia con el paso de los años y me respondió: “En realidad, soy un robot”. Yo creo que su secreto es el sentido del humor.

¿Le paran mucho por la calle?

Un poco, pero sin llegar a ser abrumador. En Argentina, donde tengo muchos fans, es tremendo. Allí la gente no se corta y se pitan desde el coche, te paran para hacerse fotos y te gritan todo el tiempo: “¡Sos un genio!”

¿Deberían contar los servicios informativos de los medios de comunicacion y sobre todo las televisiones con un psicólogo?

¡No estaría mal! Y el principal cometido sería impedir que empleen un lenguaje alarmante. Los medios de comunicación tienden a alarmar al personal porque saben que la “alarma” vende más que la información neutra. Si estalla la 3ª Guerra Mundial, se agotan los periódicos porque la gente necesita saber qué sucede. Este efecto provoca que los periodistas tiendan a exagerar las adversidades. Yo cuando veo los noticieros, de forma rutinaria disminuyo la importancia que le dan a todo.

¿Y los politicos?

No más que el resto de la gente. Existe la idea irracional de que los políticos son una especie lamentable de inútiles corruptos y eso no es cierto. Los políticos son el fiel reflejo de la sociedad. Si tenemos políticos malos, eso significa que nosotros, como sociedad, no somos muy eficientes. Fíjate que la gente tiende a quejarse de quien asume la responsabilidad, pero ellos no quieren asumirla porque, en el fondo, saben que lo harían peor. Quejarse es muy fácil, pero actuar constructivamente no tanto.

¿Se acuerda de la época de Benito Floro en el Madrid, cuando se trajo a un psicologo? Se mofaron mucho de él cuando les decía que se imaginaran que eran un limón...

Ha llovido mucho desde entonces. Ahora muchísimos deportistas se benefician de la ayuda de psicólogos. Yo mismo entreno el aspecto emocional de grandes tenistas, gente del motor y demás. Y te aseguro que, después de una buena terapia, hay un antes y un después en su rendimiento. Aunque a mí lo que más me satisface es cuando esos mismos atletas te dicen: “Gracias sobre todo por ayudarme a cambiar como persona”.

¿Están totalmente vendidos los de su gremio en cuanto a medidas de seguridad se refiere? Lo digo por el trágico suceso de Palencia.

La verdad es que los colegas que trabajan en ámbitos de riesgo se merecen una estatua. Yo mismo trabajé en una época en adicciones y, aunque era súper interesante, tenía sus emociones fuertes. Como en todo ámbito laboral, hay que mejorar la seguridad al máximo para evitar esas desgracias.

¿Ha pasado alguna vez miedo con un paciente?

Nunca porque mis pacientes ahora son ambulatorios; es decir, no están tan mal como para suponer riesgos de seguridad. Lo que sí tenemos los psicólogos de consulta es momentos candentes como muestras de ira un poco descontrolada (pero no hacia nosotros), crisis de nervios, pero lo que más nos alerta son las tendencia suicidas, por supuesto.