Entre un montón de papeles y varios archivos en su ordenador, guarda los secretos de la predicción meteorológica de todo 2021 Jorge Rey, un joven de 14 años vecino de Monasterio de Rodilla. Augura una Semana Santa desapacible, «se espera que llueva con ganas e incluso puede que se escape algún copo en Burgos ciudad». Este chico del tiempo tradicional, que de pequeño soñaba con ser granjero y ahora con llegar a lo más alto de la meteorología, sin dejar de lado la política, ya predijo Filomena y advierte que volverá. Que no se diga que no avisa con tiempo.
No se apoya en los datos proporcionados por un satélite ni utiliza artilugios, sino que sus pronósticos se basan en los resultados proporcionados por el método ancestral de Las Cabañuelas, basado en el análisis de los cambios atmosféricos de los primeros días de agosto y empezando a representar enero. «De este modo puedo conocer qué tiempo hará de forma generalizada en cada uno de los meses del año venidero», manifiesta el joven.
Desde su niñez disfruta en los entornos naturales, observando los paisajes, el cielo y fenómenos como las tormentas o la dirección del viento. El interés por la meteorología nació prácticamente a la vez que él. Todo lo que sabe se lo debe a las horas interminables de charlas con el pastor del pueblo y con los vecinos más ancianos, con los que además ha aprendido multitud de dichos tradicionales. Aunque también ha recibido grandes consejos de meteorólogos profesionales que trabajan para la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet) a través de correo electrónico.
Reconoce que Las Cabañuelas a veces fallan, no lo niega, aunque para él es el método más fiable. Sin embargo, el burebano discrepa con la opinión de algunos profesionales que «confían en modelos y recelan de los métodos más tradicionales. Creo que los modelos no resultan tan fiables como mis tácticas», asegura esta joven promesa de la meteorología.
Tras años de investigaciones y tomando apuntes, el pasado enero pegó un salto importante al crear su blog El tiempo con JR, que ya supera las 44.280 visitas. En la web publica la climatología de todos los días a la vez que aprovecha para incluir dichos populares y datos culturales con idea de que los usuarios interactúen. Asimismo, añade fotografías que le envían y mapas explicativos que él mismo diseña.
Para el día a día también se ayuda del mapa de satélite, que puede observarse gratuitamente en la página de AEMET y a partir de ahí dibuja los frentes, las isobaras, y comprueba si habrá más viento, si lloverá o si la niebla cubrirá una zona concreta. «Tengo tiempo para todo, porque me organizo bien», revela este estudiante de Tercero de la ESO del instituto La Bureba de Briviesca.
Las entradas de su blog, que parte del esfuerzo para impulsarlo se lo trasladaron sus profesores y familiares, se publican a las 9 de la mañana cada tres días. Así dispone de la tarde anterior para poder preparar bien el tema. No obstante, aprovecha los fines de semana para redactar los pronósticos de toda la semana y dejar terminados los mapas. «En el caso de que surjan cambios lo modifico. Esta labor es rápida y apenas me lleva unos 10 o 15 minutos durante los siete días», explica.
Un viaje a Marte. La NASA ha abierto una nueva convocatoria para que los interesados en enviar su nombre a Marte en 2026 pudieran hacerlo, al igual que lo ha hecho el rover Perseverance, que llegó al planeta rojo y llevó los datos de más de 11 millones de personas. Jorge Rey, entusiasmado con el proyecto, envió sus datos y habló de su blog en el cuestionario correspondiente.
El estudiante ya ha recibido a cambio un pase de abordo y se muestra bastante ilusionado por ello. Según las explicaciones del de Monasterio, conseguir esta especie de certificado tiene unas ventajas. «Cuando esa artilugio llegue al planeta podré tener acceso a ciertas imágenes como por ejemplo, de la luna vista desde allí, e información más exclusiva que haga que mi blog pueda crecer y aprenda más sobre la meteorología», comenta ilusionado.
Por el momento y con los pies en la tierra complementa sus formación con los idiomas. No desaprovecha el momento para pegarse un buen paseo por el monte y como buen meteorólogo, no quita la vista nunca del cielo, por lo que pueda pasar...