En el casco viejo de Clermont Ferrand hay una catedral gótica que, sin igualarla en belleza, tiene ciertas similitudes con la de Burgos. La ciudad gala, un poco más pequeña que la castellana, está situada en el corazón de Francia, a dos horas en coche al oeste de Lyon y a cuatro al sur de París. «Me dijeron que se parecía a Burgos y no se han equivocado», reconoce el futbolista burgalés Mario González, quien vive allí tras concretarse su traspaso desde el Villarreal B a este club de la segunda división del país vecino.
Con tan solo 23 años y después de siete en el ‘submarino amarillo’, el atacante castellano apostó por cambiar de rumbo y embarcarse en esta nueva y ambiciosa aventura. «Necesitaba cambiar de aires para seguir creciendo. Lo ideal hubiera sido ir a un equipo de Segunda en España y hablé con varios, pero al final no se decidían y me decanté por salir al extranjero», reconoce.
El Clermont Ferrand lo compraron unos inversores hace dos años y esta temporada quieren dar un paso adelante y han reforzado el equipo para luchar por el ascenso a la Ligue Une, máxima categoría francesa. «Quedar en play off es obligatorio y luego intentaremos el ascenso, aunque una vez ahí es una lotería». Lo dice por experiencia. Ha jugado bastantes con el filial ‘amarillo’.
De momento, el inicio no ha podido ser mejor. En su primer amistoso, marcó el gol que empató el partido, a pesar de que todavía no está al 100% físicamente: «Llevo solo una semana entrenando y tengo que ir cogiendo el ritmo, pero las sensaciones fueron muy buenas».
La demora en la concreción del fichaje no le permitió empezar la pretemporada con el resto de sus compañeros y por eso no entró en la lista del debut liguero, que tuvo lugar el pasado viernes. El Clermont ganó 3-0 y es el nuevo líder de la competición. «Entiendo que aún es pronto para entrar. Solo llevo una semana», insiste.
Tanto el entrenador como la directiva, le ha transmitido su confianza total en su juego para dar desequilibrio, profundidad, gol al equipo: «Llamaban a mi representante casi a diario y también me llamaron personalmente. Cuando mostraron tanto interés, me planteé el fichaje y considero que es un paso adelante en mi carrera».
OPCIÓN DE 'REPESCA'
Después de siete años en Villarreal, Mario se despide del club que apostó por él siendo muy joven y con el que llegó a debutar en la Liga Santander, la Europa League y la previa de la Champions League. «Me llevo grandes recuerdos de esa etapa, pero me queda la pena de haberme lesionado dos veces seguidas en el pie cuando estaba en el mejor momento con el primer equipo», lamenta.
El Villarreal, conocedor del potencial del burgalés, se reserva una opción de ‘repesca’ el próximo verano, aunque Mario prefiere centrarse en hacerlo lo mejor posible esta campaña y no mirar más allá. «Ojalá algún día pueda volver, pero ahora estoy contento aquí y sigo en el camino de lograr mi gran objetivo, que es acabar jugando en Primera División. Para eso llevo tantos años trabajando tanto», concluye.
EL BURGOS
Mario González se formó en la cantera del Burgos CF antes de pasar por la del Atlético de Madrid. Después, volvió, brilló y se fue a la del Villarreal. Pese a que ha pasado mucho tiempo, el burgalés no se olvida de sus colores ni de su ciudad y asegura que sigue con interés el nuevo proyecto blanquinegro. «Lo sigo diariamente porque es el equipo de mi ciudad y he jugado allí muchos años. La nueva plantilla me gusta mucho y les deseo todo lo mejor. A ver si se puede ascender por fin a Segunda, sentar las bases y continuar creciendo», apuntó.
Desde que comenzó su carrera profesional, el Burgos CF nunca le ha llamado para ficharle, pero no descartó volver a casa algún día: «Ojalá el día de mañana pueda jugar en el Burgos CF. Sería muy bonito. Lo más bontio que hay es defender los colores del equipo de tu tierra».