El Hospital San Juan de Dios ubicado en Burgos atiende al año a casi 200 pacientes en situación terminal, 183 en 2019 y 92 en el primer semestre de 2020, con una estancia media de 21,5 días, tal y como aseguran desde el centro. Asimismo señalan que el 75 por ciento de los pacientes atendidos son oncológicos, pero recuerdan que en los últimos años se está apostando por tratar a aquellos con insuficiencia cardíaca, respiratoria, renal y hepática.
En un comunicado emitido por el centro, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, que se celebra hoy, sábado 10 de octubre, los doctores Lissy Herrera, Belizaida J. Tineo y María Jesús Sanz, de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Burgos recuerdan que “el tacto y el oído es lo último que se pierde” y apuestan por una asistencia integral: física, psíquica y muchas veces social.
“Prestar asistencia a las personas que se encuentren en la fase final de su vida para eliminar el dolor físico de la propia enfermedad y, por otro lado, mantener el equilibrio emocional a la hora de enfrentar el momento de la muerte es el objetivo de los Cuidados Paliativos“, señalan. Asimismo recuerdan que los pacientes en situación terminal del centro son derivados de los servicios de Oncología, Neurología y Medicina Interna del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), así como de Urgencias; y, en menor medida, del Equipo de Atención Psicosocial a Personas con Enfermedades Avanzadas (EAPS) y del de Hospitalización a Domicilio.
“Cada vez hay más pacientes pluripatológicos“, precisa la doctora Tineo, geriatra en San Juan de Dios, sin olvidar la atención a las demencias muy avanzadas e ictus severos en los que el deterioro cognitivo es tan grave que impide al paciente comunicarse. “La pandemia del COVID-19 nos ha enseñado que hay que cuidar a nuestros mayores hasta el final de sus días“, explica su compañera Lissy Herrera. Su trabajo va encaminado a lograr el buen control de unos síntomas que pasan por la disnea, el insomnio, la ansiedad o la desmoralización. En este sentido, la psicóloga clínica del centro médico burgalés, Aida Gutiérrez, trata de dar respuesta a sus necesidades emocionales ante una situación que se torna “muy dolorosa“.
Herrera pone asimismo el acento en la labor de acompañamiento llevada a cabo con las familias en el marco de una asistencia integral: física, psíquica y muchas veces social en la que no se debe dejar pasar por alto el momento del duelo. En este sentido, el Servicio de Atención Espiritual y Religiosa (SAER) del centro trata de ayudar a superar las posibles pérdidas a todo aquel que así lo solicita.
“Cuanto más joven es el paciente más compleja es la atención“, indica otra de las geriatras de San Juan de Dios, María Jesús Sanz. No obstante, la edad media se situó entre enero y junio en los 75,6 años, disparándose a los 77,2 en el caso de las mujeres que precisaron cuidados paliativos.