Mirandés 2 - Barcelona B 3
CD Mirandés: Razak, Aitor, Caneda, Corral, Cantero (Emilio, 56´), Rúper, Igor, Álex García, Carnicer (Juanjo, 72’), Pedro y Urko Vera.
FC Barcelona B: Suárez, Grimaldo (Edgar Ié, 65’), Palencia, Juste (Lucas, 72’), Diagné, Patric, Samper, Joan Román, Juan Cámara (Halilovic, 78’), Adama y Dongou.
Árbitro: Munera Montoro, del colegio andaluz. Amonestó a los locales Cantero y Urko Vera y al visitante Joan Román.
Goles: 0-1 (minuto 5) Juan Cámara. 1-1 (minuto 41) Cantero. 2-1 (minuto 47) Uko Vera. 2-2 (minuto 52) Patric. 2-3 (minuto 80) Halilovic.
Público: 3.093 espectadores en las gradas de Anduva.
Lo mejor: El partido fue vistoso para el espectador, con continuas ocasiones en las dos áreas.
Lo peor: El Mirandés no aprovecha los resultados de la jornada para dejar sellada la permanencia un año más en Segunda.
La afición del Mirandés deberá esperar una semana más para respirar tranquila. La derrota ante el Barcelona B evitó que los rojillos pudieran certificar la permanencia y de paso aniquiló las escasas opciones que aún quedaban de soñar con algo más que la salvación. Por suerte, los resultados de la jornada acompañaron, por lo que por la zona baja de la tabla las cosas siguen igual para los de Anduva.
El Mirandés entró en el juego del Barcelona B, aceptó disputar un partido abierto y sin dueño, y lo pagó caro. El encuentro fue un ida y vuelta continuo, muy bonito para el espectador pero pésimo para los intereses locales, ya que en el intercambio de golpes, el filial azulgrana es letal. Los de Jordi Vinyals se jugaban la vida en este partido y sacaron a relucir todo su repertorio, el mismo que solo han mostrado con cuentagotas durante el resto del año, y es que solo desde la falta de compromiso y la apatía colectiva, se puede explicar que esté en el fondo de la tabla un equipo que cuando tiene su tarde, y quiere jugar, es casi imparable.
Durante el primer cuarto de hora los catalanes dieron una lección de fútbol. Liderados por Adama, a los cinco minutos no solo ganaban sino que habían generado ocasiones suficientes como para haber sentenciado el choque. Con un estilo réplica del primer equipo, el filial era un vendaval incotrolable para un Mirandés que tardó en reaccionar. Lo hizo gracias a su principal recurso, el juego aéreo, precisamente uno de los puntos débiles de su rival. Y es que el torrente atacante del Barcelona B tiene su contrapunto en la endeblez defensiva, un factor al que con el paso del tiempo, los locales fueron sacando provecho.
Poco antes del descanso Cantero, a la salida de un corner, igualó el encuentro, y cerca estuvo el Mirandés de irse al vestuario en ventaja gracias a un gol de Carnicer que el árbitro anuló por fuera de juego. El aviso se hizo realidad tras la reanudación, ya que en el 47, Urko Vera, libre de marca, remató de volea en el segundo palo un saque de esquina.
Los rojillos habían hecho lo más dificil, remontar el marcador, pero en ningún momento pudieron hacerse con el control del partido. Sin posibilidad de bajar un cambio para dormir el encuentro, el Mirandés se vio obligado a jugar al ritmo vertiginoso que impuso el Barcelona B, decidido a jugarse todas sus cartas a pecho descubierto.
Pegado a la línea de cal, Adama era una constante pesadilla y en una de sus innumerables arrancadas, tras regatear a tres jugadores rojillos, sirvió el balón en bandeja al corazón del área para que Patric empujara a la red.
El problema para el Mirandés, no radicaba tanto en el poco tiempo que pudo aguantar la ventaja, sino en la sensación de que se jugaba el partido que le interesaba al Barcelona B. Los locales no rehuyeron el duelo, buscaron la victoria con valentía y dispusieron de varias ocasiones, pero ese choque a tumba abierta beneficiaba más a los visitantes, sobre todo porque la velocidad de Adama hacía estragos, aunque Terrazas intentó frenarle colocando a Álex García de lateral.
Pero el Barcelona B se olvidó de pizarras y dibujos tácticos, sabiendo que en el toma y daca tenía todas las de ganar, sobre todo después de que el discutido cambio de Carnicer hiciera perder al Mirandés la poca pausa que aún le quedaba a su juego. Y así a falta de diez minutos para la conclusión, Halilovic inicio una perfecta combinación ofensiva, en la que el balón viajó de derecha a izquierda por todo el ataque azulgrana, antes de que el propio centrocampista croata se encargara de culminarla con un gran disparo desde la frontal del área.
En la recta final los rojillos arrinconaron a su rival, y la superioridad en el juego áreo, unida a la ansiedad visitante, provocó que dispusieran de algunas oportunidades para igualar, pero faltó el acierto en el remate final.
Olvidado el play off, toca centrarse en sellar la permanencia cuanto antes.