Cvne ha rebautizado la bodega Anta Banderas como Bela, en homenaje a la hija de uno de los fundadores de la empresa, a su vez bisabuela de los actuales responsables. Ubicada en Villalba de Duero desde 1999, dispone de una superficie de 6.000 metros cuadrados y rodeada por un viñedo de 74 hectáreas a 815 metros de altitud y plantado en 2002, en el que se cultiva tempranillo. Cuenta con una sala de 2.000 metros cuadrados para barricas y su capacidad de elaboración es de 400.000 litros.
El primer vino de esta bodega lleva su mismo nombre y tras la última vendimia, ya está en el mercado. Bela Roble 2017 cuenta con una elaboración tradicional en depósitos de acero inoxidable y una crianza de 6 meses en barricas de roble americano y francés, según informa la compañía en una nota de prensa.
Según María Urrutia, directora de Marketing de Cvne, con esta bodega cumple su "objetivo de llegar a nuevas denominaciones de origen, porque creemos que en nuestro entorno hay tierra y viñedos con mucho potencial para hacer grandes vinos. Queremos llevar nuestra experiencia, nuestros 140 años de historia creando vinos, a Ribera de Duero, y Bela va a ser el lugar perfecto para hacerlo posible. Va a ser nuestra séptima bodega que llega en un año muy especial, el del 140 aniversario de CVNE, 140 años de la historia de nuestra familia dedicados al arte de hacer vino”.
El reconocimiento a los fundadores continúa en la imagen del primer vino de la bodega, que luce tres estrellas, rescatadas de una etiqueta de Cvne de 1910. En esta etiqueta, Eusebio Real de Asúa quiso representar a través de las estrellas a cada uno de sus tres hijos: Sofía, conocida como Bela, y sus hermanos, Áurea y Ramón. Casi 120 años después, Cvne recupera esta etiqueta para que sea la imagen de su nuevo vino, en homenaje al trabajo realizado por los creadores de la bodega.
Cvne rebautiza la antigua Anta Banderas como Bodega Bela - Foto: Jesus E.Cano
140 AÑOS DE HISTORIA
Con Bela, son siete las bodegas que forman Cvne, una empresa familiar que nace hace 140 años en Haro y hoy, cinco generaciones después, sigue en manos de la misma familia, elaborando vinos cuyo secreto está en la combinación entre tradición e innovación y que ocupan ya las mesas de más de 90 países.
La firma cuenta con su primera y principal bodega en Haro, en su emplazamiento originario, en el Barrio de la Estación. En estas instalaciones, el vino Imperial, buque insignia de la bodega, cuenta con su propia bodega donde el vino se realiza de forma artesanal. En 2004 se inauguró Viña Real, en Laguardia, para dar un hogar a otro de los vinos clásicos de la compañía. En la localidad de Laserna, también Rioja Alavesa, se encuentra Viñedos del Contino, un chateau junto a un olivo milenario. A estas bodegas históricas de la compañía situadas en tierras de La Rioja, en 2017 se incorporaron otras dos: Roger Goulart en Cataluña y Virgen del Galir en Galicia. Cada bodega cuenta con su propio equipo de enólogos y está dedicada a la elaboración y producción de diferentes tipos de vinos.