Es creador publicitario, amante del patrimonio y muy pero que muy manitas. Se llama Fernando de Miguel Hombría, burgalés residente en Madrid que se recluye en Tierra de Lara cuando decide huir del mundanal ruido de la jungla de asfalto y hormigón. Es autor de un puñado de maquetas de lo más singulares: a partir de cartón reciclado, está reconstruyendo fidedignamente aquellos monasterios y conventos burgaleses que bien ya están desaparecidos o en ruinas. Son verdaderas joyas; humildes, sí, pero valiosas. Y de gran interés, como lo demuestra el ingente número de visitas que ya ha recibido desde que cuelgan sus creaciones en internet (supera las 100.000, nada menos).
Este proyecto, explica, surgió hace ya unos años, cuando comenzó a frecuentar el pueblo burgalés de Jaramillo Quemado. "La carretera para llegar allí, desde Madrid, transcurre en su tramo final por la BU-905 que pasa junto al monasterio de San Pedro de Arlanza. Viaje a viaje, mi curiosidad fue creciendo: ¿cómo fue el monasterio en su época de esplendor ? ¿Existía alguna foto antes de su ruina? ¿Había alguna representación de su aspecto original, alguna maqueta , algún dibujo, alguna reconstrucción en 3D? Comencé a buscar en internet y en diferentes archivos de Burgos. Me di cuenta de que, a pesar de ser considerado como la 'Cuna de Castilla', nadie se había tomado la molestia de realizar una reconstrucción más o menos fidedigna de él, no existían grabados antiguos, ni fotografías esclarecedoras ".
La frustraba enormemente que el buscador de Google sólo le devolviera las mismas imágenes de ruinas y más ruinas. "Incluso las fotos más antiguas del Archivo de Silos han sido tomadas con el monumento ya muy desmoronado ... Decidí que podía hacer algo al respecto. Recopilé planos, bibliografía y todo el material fotográfico disponible y me lancé a pensar y realizar su maqueta con lo que tenía más a mano: cartón reciclado de cajas de cereales o de pizza ". Cuando concluyó el trabajo le gustó el resultado "y se lo ofreció a Tierra de Lara para su exposición y decidí repetir el proceso".
Para esta ocasión, eligió el Monasterio de Santa María de Rioseco, en el Valle de Manzanedo, "porque quería colaborar con la maravillosa labor que los voluntarios están realizando en su recuperación. Seis meses después, y con la intermediación de Esther López Sobrado, la maqueta estaba expuesta en su sala capitular: un modelo un tanto naif (yo no soy arquitecto y sólo empleo cartón reciclado) pero que sí es bastante fiel a las volumetrías originales del edificio ", apunta Del Miguel.
Una larga lista. A medida que iba investigando más y más en el tema aparecían nuevos monasterios burgaleses, para él prácticamente desconocidos, "que 'pedían a gritos' su propia maqueta. Lo cierto es que la Desamortización de 1835 fue la bomba atómica de nuestro patrimonio y la lista de monumentos arruinados por esta pésima medida es prácticamente interminable ". Así que a San Pedro de Arlanza ya Santa María de Rioseco le siguieron Santa María la Real de Vileña, Nuestra Señora de Fresdelval, Santa María la Imperial de Obarenes, San Bernardino de Poza de la Sal y, en la propia ciudad de Burgos, los conventos de San Francisco y de San Pablo ".
Defiende este artista que no sólo se trata de hacer maquetas. "Se trata de crear imágenes de calidad que aparezcan en buscadores online en lo sucesivo. Por eso, cada monasterio que termino lo fotografío y subo a internet para evitar, precisamente, lo que hizo que pusiera en marcha este proyecto: que solo haya imágenes ruinosas de estos monumentos. En Google Maps estoy cerca ya de las 100.000 visualizaciones y con la ayuda de verdaderos conocedores de nuestro patrimonio las imágenes se están difundiendo en blogs y sitios como Tierras de Burgos, ZáleZ, Burgospedia, Wikipedia, Facebook ... ", explica el burgalés.
Lo mejor de todo, además de la satisfacción de ver las maquetas terminadas y el número de visualizaciones online, "es la gente maravillosa y apasionada por nuestro patrimonio que estoy conociendo y que me está ayudando a visitarlos ya recopilar datos, imágenes, fuentes documentales. .. Sin su ayuda no hubiera podido desarrollar este proyecto, que por otro lado es inacabable. En mi mesa de trabajo estoy ahora con dos nuevos conventos de Burgos completamente desaparecidos: Las Luisas y Las Calatravas. Y en cola de espera, el mítico San Antón de Castrojeriz, al que también le tengo muchas ganas ", concluye.