El yacimiento de Prado Vargas, en el complejo kárstico de Ojo Guareña (Burgos), permitirá conocer más detalles de la organización social de los últimos neandertales que poblaron la meseta, ha informado a Efe una de las directoras del equipo investigador, Marta Navazo.
Aunque todavía se están haciendo estudios para precisar más la datación de los restos de la cueva, todo apunta a que los sedimentos más recientes son de hace entre 45 000 y 50 000 años, aunque también hay restos más antiguos.
Los investigadores confían en encontrar restos entre los nueve metros de sedimentos acumulados en la cueva, con una antigüedad que aún no se puede precisar, y que supondrán décadas de trabajo.
Tras dos años preparando el yacimiento, desde el 1 de agosto hay un equipo de diez personas trabajando en el interior de la cueva, cuya boca se ha abierto y en la que trabajan sobre una superficie de unos cien metros cuadrados.
El proyecto de investigación, que depende de la Universidad de Burgos y cuenta con apoyo económico y logístico de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva, está dirigido por Navazo, vinculada a la propia Universidad de Burgos; Alfonso Benito, del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana; y Rodrigo Alonso, del Museo de la Evolución Humana.
Navazo cree que el yacimiento es muy rico porque, aunque no han aparecido restos de homínidos, ya han extraído gran cantidad de fósiles de fauna y herramientas líticas en muy buen estado de conservación.
El equipo investigador está formado por diez personas, todos ellos estudiantes del Grado de Historia y Patrimonio de la Universidad de Burgos o doctorandos, ya que en este momento se están elaborando tres tesis doctorales sobre el yacimiento de Prado Vargas, al tiempo que se prepara un artículo sobre el yacimiento que será publicado en diciembre en una revista científica internacional.