Ha tardado meses, pero finalmente Renfe ya tiene definido cómo actuar para evitar los problemas en el cambiador de ancho de vía que se generaban al paso de los Alvia de Bilbao e Irún que circulan acoplados hasta Madrid. Desde julio este convoy doble atraviesa, a su llegada a Burgos desde el País Vasco, el adaptador de vía para pasar de la línea convencional a la de alta velocidad. Sin embargo, la elevada pendiente sobre la que se asienta la instalación en sentido sur y la longitud del tren -que en realidad son dos unidos por la cola de uno y la cabeza de otro- provoca problemas eléctricos durante la operación que desembocan en retrasos.
Para solventar estos incidentes, Renfe ha decidido remodelar a partir de diciembre los horarios y que el Alvia de Irún y el de Bilbao circulen en frecuencias distintas. Este último se mantendrá sin cambio alguno (de lunes a domingo excepto los sábados, con paso por Burgos a las 20:06 horas y llegada a Madrid a las 22:03) mientras que el que nace junto a la frontera francesa variará su salida. Adelantará su itinerario habitual para llegar a Burgos todos los días salvo los domingos a las 18:15 -una hora y cuarenta y cinco minutos antes que ahora- y a Madrid-Chamartín a las 20:06 horas.
Los burgaleses saldrán beneficiados porque las conexiones diarias hasta la capital de España serán seis y no las cinco actuales fruto del desdoble de los Alvia de Bilbao e Irún. Se sumará una nueva de lunes a sábado a las 18:15 horas, con entrada en Chamartín a las 20:06, mientras que este horario, habitual los domingos, se suprimirá por el de 19:04 a 22:03 horas. En sentido contrario, al partir los Alvia a Bilbao e Irún acoplados desde Madrid, los servicios seguirán siendo los cinco habituales desde el estreno de la LAV.
Sorprende que esta permuta en las frecuencias para evitar incidentes no se traslade también al domingo, único día de la semana inalterado y en el que los Alvia seguirán circulando acoplados entre Miranda y Madrid. Con esta modificación, el operador ferroviario se asegura que únicamente cruce un tren por el cambiador de ancho en dirección sur y no una composición doble, lo que garantizará que no se vuelvan a repetir los retrasos por falta de corriente eléctrica -salvo los domingos-.
Entre la suerte y la pericia. Con un tren de dimensiones considerables, el cambio de vía se ha de realizar a muy baja velocidad por esta instalación. La pendiente desfavorable provoca que no funcionen de forma correcta los pantógrafos (los mecanismos que transmiten la corriente desde las catenarias a las locomotoras y que deben plegarse al pasar por la cabina del cambiador).
El problema no sucede cuando va en sentido norte -también en doble composición- porque aprovecha la pendiente descendente. La única solución que se ha puesto en marcha es confiar en la pericia de los maquinistas, que jugando con el freno y las velocidades logran culminar el paso por el cambiador sin incidentes. En otras ocasiones la falta de destreza motiva que los retrasos sean considerables.