Las productoras catalanas Minoría Absoluta y Lastor Media trabajan conjuntamente para poner en marcha la grabación de un largometraje de ficción sobre el maestro Antoni Benaiges de Bañuelos de Bureba. Las empresas audiovisuales cuentan además con la ayuda de un peso pesado de los medios de comunicación del país: Televisión Española, que financiará parte de la película.
Pese a que el estado de alarma generado por la pandemia de coronavirus mantenga el trabajo parado, el proyecto ya cuenta con el guión -redactado por Albert Vall- y con el actor protagonista elegido, que dará vida al profesor y que por el momento el productor, Francesc Escribano, no quiere desvelar. «Aún tenemos que conseguir el resto de la financiación y ahora estamos en ese punto, trabajando con Francia y buscando otras posibilidades», declara el catalán.
Marcel Barrena, director, guionista y montador de cine con trabajos bajo sus dotes como 100 metros o Mediterráneo, será el encargado de dirigir el trabajo, que llevará como título El maestro que prometió el mar. Sobre los escenarios de rodaje no hay nada decidido y la selección de los mismos tendrá que cumplir una serie de requisitos indispensables. «Los espacios pensados para filmar deberán corresponder a los adecuados para rememorar los años 30», aclara Escribano.
Inicialmente, las productoras pretendían iniciar la grabación del largometraje durante el verano de 2021, pero actualmente desconocen si llegará a ser posible porque depende de varios factores, entre ellos, la financiación. «Me gustaría poder rodar en Bañuelos ya que el maestro aplicó en su pequeña escuela rural la técnica Freinet, una innovadora metodología pedagógica basada en la participación de los alumnos y el uso de la imprenta», añade.
El trabajo cinematográfico plasmará la historia de Antoni Benaiges con un punto de ficción. El profesor provenía de una familia campesina de Tarragona pero varios de sus parientes estaban vinculados con la docencia y una vez que logró conseguir la plaza de maestro en 1934 fue destinado a Bañuelos. Allí desarrolló un sentimiento de interés por la educación en los aproximadamente 20 alumnos que tuvo, un ansia de creatividad que hizo que la escuela pasase a ser referencia en la técnica Freinet, una metodología de trabajo activa mediante dinámicas de experiencia directa y personal, tratando de vivenciar las experiencias mediante el aprendizaje colectivo, con reflexiones al final de cada sesión.
Los cuadernillos elaborados por los niños -editados por la Asociación Escuelas Benaiges- exponen de forma sosegada lo que fue su día a día durante un par de cursos. En un lenguaje natural describen su entorno más cercano y narran los hechos de los que fueron testigos.
El fotógrafo Sergi Bernal se ha implicado de lleno, al igual que Escribano y los vecinos de la localidad, en recuperar la figura de Antonio Benaiges. En 2010 acudió a La Pedraja -monte cercano a Villafranca Montes de Oca- para fotografiar la exhumación de una gran fosa de la Guerra Civil. Fue allí donde apareció el cuerpo del maestro y donde escuchó un testimonio sobre él. A partir de entonces, comenzó a investigar y documentarse sobre su trayectoria que ha dado en una exposición fotográfica, un documental, un ensayo y una novela. «Realicé un apadrinamiento del personaje una vez se abrió esa fosa. He conocido a miembros de su familia, exalumnos, el pueblo donde ejerció como docente e incluso he viajado hasta México», manifiesta Bernal. El apoyo a la República y su compromiso con la izquierda fueron los verdaderos motivos por los que acabó en el punto de mira de los contrarios a su ideología y finalmente, el golpe de Estado y la sublevación militar acabó con su vida y con la de compañeros de Briviesca en los primeros días de la Guerra Civil.
La Asociación inició su andadura en 2013 y desde entonces lucha para recuperar la memoria del maestro organizando actividades culturales y de ocio. La fotógrafa Montse Omitsu será la encargada de instalar una exposición fotográfica relacionada con el personaje una vez pase el estado de alarma.
El sarampión obligó a cerrar la escuela en 1935. El confinamiento por el que está pasando la población de gran parte del mundo debido a la COVID-19 ya se vivió -no de manera tan estricta- en Bañuelos de Bureba en 1935 como consecuencia del sarampión. En uno de los cuadernillos redactado por un alumno y fechado en 27 de mayo se habla de la calamidad que causó la epidemia en el pueblo durante casi un mes.
¡Qué desastre! Prácticamente todo el mes sin clase por culpa del sarampión. Hasta los mozos lo han cogido. En cuanto hubo dos o tres casos el médico ordenó que los niños no acudieran a la escuela para evitar que la epidemia se extendiera. Han caído unos sesenta...