Un tercio de enfermos no toma los fármacos prescritos por el médico

Angélica González / Burgos
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Farmacéuticos y facultativos y enfermeras de Primaria desarrollan desde hace tres años el Programa de Atención al Paciente Polimedicado, que tiene como objetivo que las personas mayores no abandonen sus tratamientos

Nati, de 87 años, mira los pictogramas que le indican qué es cada una de sus medicinas. Debajo, otros dibujos que ayudan a identificarlas. - Foto: Alberto Rorigo

Al menos un tercio de la población no toma los fármacos prescritos por su médico, según los datos que  maneja el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León, y esta circunstancia, que se incrementa cuánto mayores son los pacientes, supone muchos ingresos hospitalarios     que podrían ser evitables y una mala calidad de vida para los afectados. El presidente de la entidad, y también del Colegio de Burgos, Jesús Aguilar, asegura que son muchas las causas por las que se produce este fenómeno: «Las hay de carácter social o cultural y otras que pueden ser tan simples como que la persona no entienda las explicaciones que se le dan sobre la manera en la que ha de tomarse los medicamentos o, simplemente, que no oiga bien o que no tenga ganas de tomarlos o que carezca de síntomas, como en el caso de la hipertensión o el colesterol y por eso no se sienta enfermo... la casuística es enorme».

Para mejorar esta situación, lo que en lenguaje sanitario se denomina la ‘adherencia al tratamiento’, hace tres años el Consejo y Sacyl pusieron en marcha el Programa de Atención al Paciente Polimedicado, que en este tiempo se ha incorporado en Burgos a ocho zonas básicas de salud de la provincia (San Agustín, Santa Clara, Los Cubos, Briviesca, Pampliega, Salas de los Infantes, Miranda Este y Miranda Oeste), 46 farmacias y  ha integrado a 450 pacientes. En toda Castilla y León son 4.400.

«Hemos de reconocer que no se ha desarrollado todo lo que nos gustaría porque ha coincidido con un momento de crisis importante para los sanitarios en general pero queremos darle un impulso y reforzarlo entre todos los sanitarios porque las ventajas son muchas aunque éstas se tienen que ver a largo plazo. Esperamos que su inclusión en la Estrategia de Atención al Paciente Crónico de Castilla y León ayude a su mayor implementación», añade Aguilar.

El Programa implica la intervención de profesionales médicos y de Enfermería de los centros de salud y los farmacéuticos comunitarios, que desarrollan un trabajo conjunto. Entre ellos controlan al paciente que toma cinco o más medicamentos al día y que, voluntariamente, quiere formar parte de la iniciativa.

A estas personas se les ofrece la posibilidad de acudir a la consulta de Enfermería con sus medicinas para revisarlas con la profesional y que ésta le resuelva las dudas que le puedan surgir. También los boticarios les ofrecen información y para ello se ayudan de unos muy sencillos pictogramas -sobre estas líneas se pueden ver algunos- que se pegan en las cajas de los medicamentos: en la esquina derecha el que marca la indicación, es decir para qué sirve (tensión, corazón, colesterol, ánimo, dormir, azúcar, respiración..) y en el centro del envase la posología (si hay que tomarlo por la mañana, por la tarde o por la noche), siempre evitando tapar alguna información de relevancia que aparezca en el envase.

COMUNICACIÓN PROFESIONAL

La detección de que un paciente puede no estar siguiendo adecuadamente las pautas de su médico se puede hacer por varias vías: o bien las pruebas a las que le somete el facultativo indican que la medicación o no está haciendo efecto o no se toma en las mejores condiciones, o bien el boticario le puede echar de menos durante un tiempo en su oficina de farmacia y temerse la no adhesión al tratamiento. En estos casos, ambos se ponen en contacto y hablan con la persona para incorporarla al programa.

Por otro lado, el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León está dándole los últimos retoques a otra iniciativa que también ayudará a los pacientes a mantener organizada su medicación, no equivocarse en las tomas  e ingerir los productos correctos, aunque en este caso no colabora el sistema público de salud y supondría un coste para el paciente de 30 euros al mes: «Un euro al día», resume Aguilar.

Se denomina Sistema Personalizado de Dosificación y consiste en un blíster (ese recipiente hermético de plástico o aluminio en el que van ordenadas las pastillas y que no puede volver a cerrarse una vez se ha abierto) que se prepara de forma totalmente personalizada en las farmacias con todos los productos que ha de tomar el paciente en cada momento.