La frontera de Ceuta se ha blindado este martes con decenas de policías, guardias civiles y militares con tanquetas para evitar la llegada ilegal de inmigrantes después de la entrada masiva en las últimas horas de 8.000 personas -de las que 4.000 ya han sido devueltas- que accedieron por la playa del Tarajal.
A la presencia de militares y agentes policiales se suman embarcaciones españolas que vigilan el espigón fronterizo del Tarajal, lo que ha motivado que este martes solo hayan podido acceder una docena de inmigrantes subsaharianos, cuatro de los cuales han sido atendidos por la Cruz Roja por golpes y agotamiento.
Ante la presencia militar y policial, los inmigrantes apostados en la zona marroquí de la frontera han arrojado piedras a los agentes españoles, que han hecho disparos al aire y horas después han lanzado botes de humo para dispersar a los concentrados.
Ceuta se blinda tras la llegada masiva de inmigrantes - Foto: Antonio SempereAdemás, una veintena de inmigrantes subsaharianos y marroquíes se han encaramado a la valla fronteriza para intentar acceder a España.
En el kilómetro de extensión que constituye la llamada "tierra de nadie" entre los dos puestos fronterizos de España y Marruecos, son cientos los jóvenes que se encuentran agolpados esperando poder franquear ahora la barrera policial española, reforzada con soldados del Ejército de Tierra desde anoche.
La inédita llegada de inmigrantes a Ceuta, donde viajará en las próximas horas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha provocado una imagen inusual de la ciudad, que tiene 85.000 habitantes, a los que se suman miles de personas deambulando sin rumbo fijo.
En una declaración institucional, el jefe del Ejecutivo, que ha cancelado el viaje que tenía previsto a París para participar en una cumbre sobre financiación de África, ha asegurado que la integridad territorial de España y la tranquilidad de los ciudadanos de Ceuta y Melilla está garantizada "con todos los medios necesarios" y ante cualquier eventualidad o circunstancia.
Ha sido Grande-Marlaska quien ha anunciado tras el Consejo de Ministros que ya han sido devueltos a Marruecos 4.000 -ningún menor de edad- de los "poco más de 8.000 inmigrantes" que han entrado, y ha recalcado que el Ejecutivo "no va a cejar ni un minuto" para revertir la situación y seguirá "siendo contundente en la defensa de las fronteras".
"Ceuta es tan España como Madrid, Sevilla o Barcelona", ha aseverado el ministro, quien ha eludido pronunciarse sobre un posible conflicto diplomático con Marruecos a raíz de la presencia en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Esta llegada de inmigrantes ha provocado críticas de sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles, que acusan al Gobierno de falta de previsión para reforzar la seguridad en la frontera de Ceuta ante una situación que "se veía venir" como respuesta a la presencia del líder del Frente Polisario en España.
A los 1.100 agentes habituales en Ceuta se han sumado 200 más en las últimas horas, una cifra que los sindicatos policiales han considerado insuficiente.
Los partidos políticos también se han pronunciado sobre lo ocurrido, entre ellos el presidente del PP, Pablo Casado, quien ha sostenido que esta entrada masiva de miles de personas de forma irregular es una crisis "diplomática", de la que ya alertó y que ha sido "incomprensiblemente ignorada u ocultada por el Gobierno de España".
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y la ONG Andalucía Acoge, por su parte, han lamentado la crisis migratoria de Ceuta y han exigido a Marruecos que no "instrumentalice a las personas migrantes como herramienta de presión" y a España que no cede a este tipo de estrategias.
La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha apelado a la "tranquilidad", la "confianza" y también la "solidaridad" con los ciudadanos de Ceuta y Melilla y "del sur del país" a raíz de la crisis migratoria que se sufre en las últimas horas en la ciudad autónoma de Ceuta.