Pompeyo González Pascual abrió los telediarios y saltó a las portadas de los periódicos cuando el pasado 25 de enero fue detenido en Miranda de Ebro por enviar seis cartas bombas a Pedro Sánchez, Margarita Robles y varias embajadas. Costaba imaginar que un suceso tan mediático iba a partir de un hombre de 74 años que vivía en la provincia burgalesa, pero el rastro de los sellos de una edición conmemorativa con la imagen del Monte Santa Trega, en Galicia, con una tirada de 135.000 ejemplares, que Correos solo había vendido en oficinas concretas permitió llegar hasta él.

Sin embargo, la historia de este solitario jubilado adquiere un tinte aún más sorprendente y surrealista al descubrir que su padre trabajaba como cartero en Yudego, pueblo de unos 150 habitantes enmarcado en la comarca Odra-Pisuerga.

En el municipio reina la tranquilidad y muchos aprovechan los rayos de sol de estos días para poner a punto sus huertas, pero ahora las «ocurrencias» de Peyo han corrido como la pólvora y se han colado en el centro de las tertulias. El hombre nació allí y de joven se marchó a Vitoria, donde trabajó como enterrador, por lo que en realidad para muchos resulta difícil acordarse de él. 

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