El hospital Santiago Apóstol suma un nuevo médico a su cartera de profesionales. Lo consigue en una especialidad conflictiva, Dermatología, en la que el centro acumula más de cinco años sin cubrir ninguna de sus dos plazas asignadas. En marzo de 2019 quedaron vacantes y desde entonces se han buscado soluciones sin que fueran definitivas. Con esta contratación se supera un hito, aunque desde la Consejería de Sanidad reconocen que esperan mejorar el sistema, ya que el facultativo no estará de manera presencial y fija en la ciudad. Por ahora, el fichaje copiará el sistema de la teleasistencia que se practicaba con la colaboración del HUBU desde 2021. Esto significa que recibirá desde Atención Primaria las imágenes de los casos, para valorarlos y según la demanda viajará a Miranda agrupando consultas e intervenciones.
Las autoridades sanitarias lo consideran una mejora significativa, ya que con la contratación «los pacientes no tendrán que desplazarse hasta Burgos como sucedía hasta hace poco», concluyen. No obstante, remarcan que el centro de referencia para la provincia continuará prestando ayuda a Miranda, ya que si deben auxiliar a algún vecino de manera urgente «lo harán sin problemas», ya que la persona contratada reside en Andalucía y eso dificulta ciertas atenciones.
«Hemos empezado con este médico hace menos de un mes», aclaran fuentes oficiales, quienes remarcan que en este tiempo el profesional incorporado ya ha acudido en una ocasión al Santiago Apóstol. «En una jornada trató a cerca de 20 personas», ejemplifican desde la gerencia, donde remarcan que las visitas serán más o menos habituales y durarán uno o varios días «dependiendo de la demanda que exista», matizan, al tiempo que inciden en que no se harán de manera periódica. Además, puntualizan que en el funcionamiento también influirá la gravedad de los casos que le lleguen a su mesa en forma de foto desde Atención Primaria, ya que reiteran que pasará consulta en la ciudad e intervendrá cuando resulte necesario.
Desde la Consejería defienden que «se está trabajando para mejorar aún más el sistema», y puntualizan que esta contratación prueba la voluntad de arreglar un problema cronificado en el centro comarcal, en una especialidad en la que existe una fuerte demanda de profesionales en todo el país. Aun así, en la plantilla del hospital comarcal también se han generado dudas por el formato que se ha abierto con este refuerzo a distancia. En este sentido, lamentan que pueda solicitarse en otras especialidades con falta de médicos, pese a que admiten la deriva sufrida en este servicio desde hace años.
1.800 pacientes. La falta de dermatólogos sufrida en estos cinco años generó una lista de espera que rozó los 1.800 pacientes en plena pandemia. Esa cantidad se redujo hasta los 660 en 2021 y el descenso se explica gracias a la teledermatología en colaboración con los especialistas del HUBU. Ahora, la cifra de los mirandeses que aguardan una consulta por un problema en su piel no se ofrece por parte de la Consejería de Sanidad, porque los casos están incluidos dentro del listado de la capital, ya que la administración entendió que no debían contabilizar algo a lo que no podían hacer frente en Miranda.
En todo el proceso, la gerencia del centro comarcal ha tomado varias decisiones en busca de una solución en el servicio. Una de las primeras levantó una fuerte polémica en la ciudad y llevó incluso al Ayuntamiento a promover una manifestación a la que acudieron cerca de 4.000 mirandeses. La movilización se organizó contra la privatización de esta atención, gracias a un contrato con la clínica Quirón de Vitoria, a donde acudieron más de un millar de vecinos desde mayo de 2019 hasta noviembre de 2020 cuando finalizó.