Tanto la corporación municipal pozana como el técnico de la Oficina de Turismo, Pedro Padrones, pretenden involucrar a los vecinos de la villa salinera para que entre todos consigan impulsar un atractivo natural que año tras año va ganando protagonismo en la provincia. Para ello, y por primera vez, el Ayuntamiento entregará más de un centenar de almendros a todos aquellos que dispongan de un terreno en el que plantarlos, con la finalidad de que la estampa de la floración amplíe fronteras. El reparto está previsto durante la mañana del 2 de marzo y a continuación también se celebrará la tradicional plantación popular cerca del castillo.
El incremento de árboles en el entorno del casco histórico de la localidad hará posible, además, ampliar la ruta oficial diseñada en 2021 de cuatro kilómetros. Los caminos que conforman el recorrido básico, circular y señalizado, pueden seguirse en dispositivos digitales con la aplicación Wikiloc a través de un código QR. El trayecto está habilitado para que lo realicen sin mayor dificultad todos los miembros de la familia y atraviesa las zonas con mayor concentración de estos árboles. Comienza en la Plaza Nueva y desciende hasta los terrenos cercanos a la fábrica de morcillas. Los objetivos que persigue esta iniciativa, aparte de poner de nuevo en valor el cultivo de la especie entre la población local, es que el acontecimiento se conozca en la provincia y así engordar una agenda cultural más completa en torno a este recurso exclusivo de la zona.
A partir de unos kilómetros fuera de los límites del municipio, desde la terraza de la Bureba, apenas crecen almendros. Los vecinos de mayor edad atribuyen este hecho a la «existencia de un microclima» y que el terreno «goza de sol durante todo el día». Si bien, Padrones explica que los árboles no desaparecieron como en otros pueblos porque «no se realizó la concentración parcelaria».