Con los pies en la tierra... y en el espacio

I.L.H. / Burgos
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De la aspiradora sin cable a medicamentos contra el cáncer. La astronauta y bióloga molecular Sara García Alonso comparte hoy en el MEH los avances vinculados a la exploración espacial

La astronauta leonesa Sara García Alonso fue seleccionada en 2022 por la Agencia Espacial Europea en calidad de reserva. - Foto: Laura M. Lombardía CNIO

Las plantillas del calzado deportivo, el velcro, los aparatos dentales, el microondas, los detectores de humo, el GPS, el láser para la cirugía ocular, la comida deshidratada o los cristales que no se rayan son avances que se consiguieron en los viajes al espacio y que hemos incorporado a nuestra vida diaria. A la exploración espacial le debemos también la aspiradora (o cualquier otro electrodoméstico) sin cable, el desarrollo de medicamentos contra el cáncer y el estudio del envejecimiento. Estamos hablando de que esa investigación abarca desde los pequeños beneficios asociados a objetos cotidianos a grandes progresos a nivel de tecnología, medicina y de la observación de la Tierra y el cosmos.  

La astronauta leonesa Sara García Alonso, seleccionada por la Agencia Espacial Europea en calidad de reserva, no ha viajado aún al espacio pero como bióloga molecular trabaja contra el cáncer con algunos de sus avances. Sabe lo que supone y por eso dedica parte de su tiempo libre a explicar a la sociedad su importancia. Esta tarde tratará de hacerlo en el Museo de la Evolución Humana con la charla Dejando huellas. Desde Laetoli hasta la luna. «Ambas huellas, la de la luna y las halladas en el yacimiento africano, tienen en común el espíritu de exploración y cómo esas ganas de avanzar, de ir más allá, han conseguido avances en ciencia, en tecnología, en conocimiento; han fomentado el progreso basado en esas ganas de ir cada vez un pasito más allá», explica la científica que trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

La exploración espacial, añade, está relacionada con la economía, la inspiración y la cooperación internacional para enfrentarse a grandes desafíos como la crisis climática. Lo dice una mujer que se hizo científica porque quería «avanzar en el conocimiento y que eso sirva para mejorar la vida de la gente. Era mi motivación cuando era niña y lo sigo haciendo ahora», continúa. 

Lo es en su trabajo, donde lidera un proyecto para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer de pulmón y de páncreas en el laboratorio del bioquímico español Mariano Barbacid, y en la posibilidad de acceder a una misión espacial que le permita ejecutar determinados proyectos en un ambiente de microgravedad: «Una de las líneas de investigación que llevo se basa en desarrollar nuevos medicamentos contra algunas proteínas que son importantes en cáncer. Para estudiarlas a nivel tridimensional hay que conseguir cristales, algo que en microgravedad se consigue con mucha más facilidad». En ese contexto también se está estudiando si se pueden generar formulaciones de quimioterapia «más sencillas y más puras que permitan ser administradas en una única inyección para mejorar la vida de los pacientes», explica.

De esas importantes posibilidades, de la ciencia en España («todavía falta hacer una buena inyección para que las cosas rueden»), así como de su posible viaje al espacio hablará esta tarde, a las 20:15 horas, en el salón de actos del MEH con entrada libre hasta completar aforo.