Un cuento en 140 caracteres, el espacio de un tuit. El escritor y cuentista de literatura infantil Pep Bruno publica microrrelatos en su cuenta de Twitter, encerrando en un pequeño párrafo la fantasía de una historia hecha a base de objetos cotidianos, de sueños llenos de poesía. La editorial Anaya le propuso editarlos en su colección Sopa de Libros, y al ilustrador burgalés Goyo Rodríguez convertir el texto en un dibujo, una imagen que resumiera la historia que cuentan 140 caracteres.
[Yel lobo llamó a la puerta -dijo el padre. En ese momento llamaron a la puerta. A pesar de los ruegos del hijo, el padre fue a abrir]. «Hacer un dibujo para cada historia, una por página, no me convencía porque no dejaba de ser una sucesión de textos y de dibujos. Se me ocurrió la posibilidad de compaginar dos historias en cada doble, buscando palabras o ideas que pudieran emparejarlos para configurar un dibujo conjunto. Ese era el verdadero reto y reconozco que no me he visto en otra», afirma el dibujante, que ha creado un total de 25 ilustraciones para 50 Cuentos mínimos.
[Fui a la tienda a cambiar la bombilla. Me garantizaron que la nueva funcionaba correctamente. Pero sigo sin ideas brillantes]. Con el tono surrealista con que le hemos visto crear los dibujos de Una casa distinta (Premio Internacional de Álbum Ilustrado Ciutat de Benicarló) o La perla de El Greco, Goyo Rodríguez inventa una tercera historia por cada dos cuentos; no como un complemento del texto, sino como una nueva narración que surge de la suma de dos historias, con su propia fantasía, poesía y sueños: «Ha sido complicado y complejo porque hay cuentos que parecen unos el reflejo del otro, pero no siempre ocurría así. Aunque al final encontrabas una idea común. Esa ha sido también la parte más divertida», añade.
[Saltó del avión con la mochila de la merienda en vez del paracaídas. Resolvió la situación con el mantelito de cuadros]. Los Cuentos mínimos y sus juegos con las palabras llegan arropados por dibujos llenos de color en unos casos e ilustraciones en tonos grises en otras, según lo que le pedía la historia, su síntesis y las metáforas. Los textos de Pep Bruno le exigían trabajar el detalle de las imágenes y a la vez presentarlas de forma clara y sencilla.
El resultado es un libro que viene recomendado para niños y niñas a partir de 10 años, pero que puede interesar a cualquier adulto. «La colección Sopa de Libros me encanta como lector, así que imagínate participar en ella. Además tiene una enorme distribución a nivel nacional, se utiliza de lectura en colegios e institutos y se mueve mucho», subraya este ilustrador, diseñador gráfico y creativo con residencia en Asturias.
[Abrió el tarro de mermelada y salieron decenas de mariposas. Leyó la etiqueta: «Contiene gusanos, consuma rápido». Había caducado]. Cuentos mínimos mide 13 x 20 centímetros, consta de 64 páginas y cuesta 8,50 euros.