El conductor que atropelló a Yago Antón cuando esperaba con su bicicleta en un semáforo, permanece en la cárcel desde que sucedieron los hechos. Tras su detención, la jueza encargada del caso ordenó su ingreso en prisión, eludible bajo fianza de 15.000 euros, pero al no haber pagado dicha cantidad cumple pena provisional a la espera del juicio.
El procedimiento se encuentra aún en fase de instrucción. En los últimos días, agentes de la Guardia Civil de Madrid han estado en la ciudad reconstruyendo el accidente con la intención de determinar la velocidad aproximada a la que circulaba el coche y los motivos por los que arrolló, tanto al adolescente de trece años, como a otro vehículo que aguardaba a que el semáforo se pusiera en verde y cuyos ocupantes también sufrieron diferentes lesiones.
La investigación apunta a recabar pruebas que permitan concluir si el conductor incurrió en delitos de homicidio imprudente, conducción temeraria y conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Si finalmente se le imputaran los tres, la pena de cárcel a la que se enfrenta es de algo más de seis años.
El homicidio imprudente se castiga en el Código Penal de uno a cuatro años, mientras que las otras dos infracciones, tipificadas en los artículos 380.1 y 379, pueden llegar a sumar otros dos años y ocho meses a la pena anterior, además de la lógica privación del carné. Aún así, será necesario esperar a que los instructores del caso hagan todas las pericias necesarias y la Fiscalía se pronuncie.
El trágico accidente que acabó con la vida de Yago tuvo lugar en la tarde del sábado 6 de febrero en la Parte Vieja. El adolescente esperaba con su bicicleta en el semáforo que conecta la carretera de Orón con el centro de la ciudad, cuando fue embestido por un coche que también impactó a otro turismo que estaba parado.
Aunque diferentes testigos aseguraron en aquel momento que el vehículo circulaba a gran velocidad, serán los expertos quienes deban confirmar este supuesto. Lo mismo sucede con otras cuestiones que serán determinantes para definir el grado de responsabilidad del conductor y que podrían agravar la pena, como la tasa de alcoholemia, aunque en su momento ya trascendió que las pruebas arrojaron un resultado positivo. Aún así, fuentes cercanas al caso consultadas por este periódico, aseguran que en los días posteriores al suceso circularon por la ciudad muchos rumores que no son ciertos sobre el conductor y detalles respecto al accidente que tampoco se ajustan a la realidad.
Homenaje. La muerte de Yago causó conmoción en la ciudad por la edad de la víctima y porque era una persona muy querida. Durante los días posteriores, las muestras de dolor se sucedieron y desde el Casco Viejo (club en el que jugaba como portero) a diferentes asociaciones tanto de la ciudad como de otras localidades, expresaron públicamente sus condolencias a la familia.
Una concentración anónima organizada a través de las redes sociales congregó a más de mil personas en el parque Antonio Machado, en su mayoría adolescentes que quisieron rendir un último homenaje a su amigo. Todavía en el semáforo en el que se produjo el accidente se colocan flores en su recuerdo.