En 2018, la cárcel de Burgos comenzó un proyecto piloto para la detección de drogas con perros. Marcial Rubio encabezó dicha iniciativa junto al policía local Javier Macho, impulsor de la técnica no invasiva del marcaje lapa. Seis años después, el centro penitenciario y la ciudad son un referente para el resto de prisiones y ciudades. Tanto, que varios profesionales vienen aquí a aprender. La ciudad acogerá durante las próximos cinco semanas el II curso de guías caninos. 

El propio Macho ha querido esta mañana agradecer la confianza en la técnica del "marcaje lapa", cuyo objetivo no es sólo mantener las sustancias tóxicas alejadas de las cárceles españolas, sino evitar el tráfico y el consumo. "El beneficiado es el ciudadano", ha remarcado. 

"Para instituciones penitenciarias es esencial la cualificación de nuestros trabajadores en esta materia", ha asegurado Miguel Ángel Vicente director general de Ejecución Penal y Reinserción Social, quien ha inaugurado estos cursos en los que participarán 10 funcionarios de prisiones y ocho policías locales de diferentes provincias burgalesas. 

Al acto también ha acudido el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, y la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, quien precisamente ha destacado el papel de Burgos como referencia en guías caninos.