Los servicios de alta velocidad tienen la ventaja indudable de su rapidez, pero también conllevan incomodidades para los pasajeros que los acercan más a los procedimientos del transporte aéreo que a los ferroviarios. Y en el caso de Burgos entrarán en vigor al mismo tiempo que la llegada del AVE.
La terminal Rosa Manzano cuenta desde hace un par de semanas con un aparato de radioscopia (escáner) en el que se someterá a los viajeros a un control de sus equipajes y prendas de abrigo. Explican desde ADIF que esta tarea "será realizada por los vigilantes de seguridad de la empresa adjudicataria" del contrato correspondiente, y por él deberán pasar únicamente quienes tengan que acceder a los andenes situados al fondo del vestíbulo, que desde la inauguración de la estación (2008) han estado sin uso y a la espera de la alta velocidad. "Cuando entre en funcionamiento la línea de alta velocidad y circulen los trenes, se habilitará el andén correspondiente y la zona de acceso se delimitará mediante cintas extensibles", prosiguen desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. No es previsible que vaya a haber grandes aglomeraciones en la estación de Burgos, pero quienes vayan a coger un AVE tendrán que saberlo y presentarse en la estación unos minutos antes de que salga su tren.
Además, tal y como sucede en todas las estaciones con control de equipajes y de billetes, los acompañantes no podrán subir al andén "sin el correspondiente título habilitante". Es decir, que solo quienes tengan billete podrán pasar del control, tal y como sucede con los aviones. Se acabaron las despedidas de película en los andenes. ahora tendrán que limitarse al vestíbulo de la estación.