Los topillos se están convirtiendo este verano en una pesadilla para los agricultores de Pisuerga y de Bureba. Una gran plaga ha puesto en jaque a los profesionales del campo, especialmente en estas dos comarcas, y amenaza con destrozar múltiples cultivos. En el cereal ya se han notado daños y se estima que la merma de la cosecha puede rondar el 10% en estos puntos por culpa de dichos animales, pero en la alfalfa, las leguminosas y otros alimentos que se localizan en las huertas también se están observando diversos destrozos.
Al recorrer algunas tierras de Melgar de Fernamental, en la comarca Odra-Pisuerga, se comprueba a simple vista el paso de los rodores por los bordes y orillas, que han dejado 'limpios' de trigo y cebada y plagadas de agujeros. «Se comen el cereal en las orillas que pegan a cunetas, en algunos casos antes de nacer y en otros casos después, hay muchas parcelas que tienen un metro perdido», expone Alfredo Becerril, agricultor de esta localidad, que reconoce que el año pasado ya se observaba una gran cantidad y en cuanto ha vuelto a mejorar la temperatura se ha notado de nuevo un 'boom'.
Según expone Becerril, uno de los problemas se está dando en cultivos como la alfalfa, ya que el terreno no se mueve en unos años y eso provoca que no se destrocen cuevas y cada año haya más. Expone que en su caso realiza ahora riegos con más horas para tratar de encharcar esas cuevas, con el objetivo de acabar con el mayor número posible. «Se nota en todos los cultivos, en las fincas de cereal se ven corros o calvas en medio y eso es por los topillos, comen todo tipo de verde», expone. Cortan el tallo a una altura, lo tiran y se lo comen, no solo la parte del grano. De hecho, detalla que algún compañero ha dado parte al seguro por esta cuestión. La provincia se alza como una de las mayores productoras de trigo y cereal del país, uno de los puntos fuertes, y de ahí que sea donde más se note.
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