Tienen tanto talento que se les desparrama el arte por los cuatro costados, y no le tienen miedo a nada, pero respeto a todo: son igual de geniales en la plaza de un pueblo cualquiera que en una sala de dimensiones reducidas que en un escenario fabuloso, grande y único como es un circo. Fetén Fetén, exitoso dúo de folk burgalés compuesto por Diego Galaz y Jorge Arribas, no deja de crecer, sorprender y cautivar allá donde exhibe su fascinante música. Son, pese a su sincera humildad y a su insobornable honestidad, tan grandes que ellos solos van a llenar hasta la bandera, el próximo 2 de febrero, el Circo Price de Madrid, esto es, un aforo de casi 2.000 personas. Eso, tratándose de un grupo de folk, es el copón bendito, un Himalaya, algo así como que un grupo de pop o de rock pete el Wizink Center, hecho nada sencillo incluso para muchos grandes de la música.
Están emocionados y ansiosos. Y felices, claro. Y sintiendo mucha responsabilidad. «Aunque nosotros intentamos ilusionarnos más por lo cualitativo que por lo cuantitativo, sería mentir si dijéramos que no nos motiva tocar para casi 2.000 personas. ¡Con un proyecto como el nuestro! Es cierto que nos rodeamos de otros artistas, colaboradores que harán que el concierto sea más divertido. Pero sí que estamos expectantes y muy contentos», admiten los artistas. En ese siempre singular y recoleto escenario circense estarán los burgaleses acompañados de artistazos como Amancio Prada, Xabier Díaz, Pasión Vega, Pedro Pastor, María de la Flor o sus paisanos de La M.O.D.A.
Actuar en un lugar así es mágico. Estamos muy ilusionados y emocionados»
Harán, claro, temas que son ya clásicos del folk patrio (del Vals para Amelia a la Jota del Wasabi), pero también harán su particular interpretación de algunos de los temas de los artistas que los acompañarán en el escenario, amén de canciones tradicionales castellanas «que será nuestro homenaje al concepto de música tradicional de nuestra tierra».
Reconocen Galaz y Arribas que la responsabilidad que sienten es enorme. «Creemos que para los artistas que nos dedicamos a este tipo de música llenar el Price es un puntazo. Y es un subidón, aunque sabemos que nuestro éxito es también hacer feliz a la gente en la plaza de un pueblo o actuar para un grupo de niños. Lo vamos a disfrutar y nos enorgullece conseguir algo así con la música tradicional». No tienen claro estos genios que la música de raíz esté viviendo un momento especialmente bueno; que es cierto que tiene su público, pero que estará más viva y presente «cuando la gente la incorpore a su modus vivendi, cuando sea algo cotidiano y habitual». Tienen claro que la música tradicional que ellos tan maravillosamente representan aquí y allá «nos enseña muchas cosas que nos valdrían para vivir, como que con muy poco se puede hacer mucho. Y, además, nos otorga una identidad, algo que parece que hemos perdido en Castilla. La música nos ayudaría a reivindicar mucho más que una bandera. Nuestro folclore es riquísimo».
La música tradicional enseña que con muy poco se puede hacer mucho»
Que haya un circo estable en la capital, con una programación tan rica como la que tiene el Price, es un lujo, aseguran. Y están encantados porque la propia composición del escenario les permite sentirse en un espacio enorme y a la vez cercano al público. «Actuar en un circo tiene algo mágico. Y sientes algo muy importante: te está escuchando la gente. Toda la gente. Eso, en un gran estadio, por ejemplo, es difícil que suceda. Conseguir llenarlo en un momento en el que todo el mundo consume lo que está de moda, nos da esperanzas: se demuestra que la gente se arriesga también a lo diferente». 2 de febrero. Circo Price. El mayor espectáculo del mundo. Un planazo cumbre.Fetén.