El largo retraso acumulado en la construcción del tramo de la futura A-12 que conectará Burgos con la localidad de Ibeas de Juarros provoca, entre otros grandes inconvenientes, el encarecimiento de la inversión necesaria para su puesta en marcha hasta alcanzar los 95 millones de euros según la última previsión realizada por el Ministerio de Transportes.
Una cantidad que se dispara casi un 30% con respecto al presupuesto de 67 millones de euros estimado en 2015 para la ejecución de las obras asignadas un año después por 45 millones. Todo parecía encarrilado, pero desde ese momento nada ha salido como estaba previsto. Tocó empezar de cero y antes de que finalice el año se espera la anunciada salida a información del proyecto actualizado para ver algún avance en el actual proceso administrativo.
Muchas cosas han pasado en esta última década y otras muchas quedan aún por concretarse antes de que las máquinas operen a pleno rendimiento en el recorrido que unirá la capital con Ibeas en la futura autovía. De momento, el trazado que debería estar en servicio desde abril de 2019, según constaba en los plazos de ejecución acordados con la empresa adjudicataria hace ocho años, ya suma un lustro de espera sin tener definido el calendario de futuro.
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