Siempre se ha dicho que quien no se esfuerza durante el curso por aprobar lo paga más tarde sacrificando su verano. Y para que quien no ha cumplido con su deber en las aulas pueda obtener su refuerzo es necesario que haya profesores que se dediquen a impartirlo. Alicia Hernández es una de esas docentes que persigue el aprendizaje de los jóvenes una vez se cierran las puertas de los institutos. Con la supresión de los exámenes de recuperación en septiembre son menos los alumnos que acuden a su academia pero aún así "hay quien viene a avanzar contenidos del año que viene".
Las matemáticas, el inglés, la química y la lengua son las materias que más dice Hernández que les cuestan a los jóvenes y, por lo tanto, son en las que más énfasis hacen a lo largo de la campaña estival. "Durante el curso nos centramos sobre todo en lo que van dando en el colegio y en los exámenes que tienen, pero en verano intentamos negociar más los contenidos y hacerlo un poco más lúdico y atractivo".
La mayoría de las personas que acuden durante los meses de agosto y septiembre a las aulas son quienes han pasado por dificultades para aprobar o quienes arrastran ciertas carencias. En la academia Faro, donde es profesora Alicia Hernández, se da cabida a alumnos que van desde la primaria hasta el bachillerato, se les divide en grupos de cuatro o cinco personas y allí desarrollan su aprendizaje. Esa es precisamente una de las motivaciones que encuentran los que no son muy proclives a estudiar en verano. "Hay algunos chicos que vienen obligados pero al final hacen amigos aquí y les acaba gustando venir".
Entre ellos a veces también compiten por sacar las mejores notas. "Cuando ven que uno aprueba piensan 'yo también lo puedo hacer' y eso ayuda a que consigan sus objetivos". Desde hace un par de años ya no se realizan exámenes de recuperación en septiembre, lo que ha restado volumen a las academias de refuerzo. "Antes teníamos más horas por la mañana, ahora el perfil de joven que viene es más bien aquel cuyos padres tienen mucho interés en que sus hijos lleguen al curso con un nivel mejor que el que tenían".
Otra de las cosas que cambia con respecto al resto del año es que durante la campaña estival cambia el perfil del joven que acude a clases extras. Los universitarios dejan de acudir y tampoco lo hacen quienes buscan sacar una mayor nota en la EBAU, por lo que si habitualmente la jornada laboral de estos docentes se extiende a toda la tarde, en verano pasa a ocupar unas dos horas por la mañana.
Mientras muchos están en la playa, hay quien se esfuerza por seguir aprendiendo y ya sea para aprobar o mejorar, nunca es un mal momento para afianzar materias.